Varda por Agnès

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Ella es la nouvelle vague en estado puro. Con su última película realizada a los noventa años da un lúcido y emocional testimonio sobre su obra y su concepción de la vida, íntimamente ligada al arte.

A partir de la exitosa "Cleo de 5 a 7", el viaje hacia un diagnóstico, que realiza la muy joven Corinne Marchand, la trayectoria de esta señora belga con un padre griego y una madre francesa, llamada Agnes Varda, abunda en destellos e insólitos virajes. No representa la realidad como pura e inasible, siempre está teñida de vida cotidiana en una eterna simbiosis de documento y ficción, cuando poco se hablaba de eso. Cortos y largometrajes desafiaban con sus contenidos, centrados en pequeños barrios portuarios con ignotos habitantes vendedores de mercado.

Su preferencia por los "sobrevivientes", los marginales, los sin fama, preanunciaba su "socialismo cristiano" que convivía ya en los "50 con su posición liberal respecto del cuerpo propio y la maternidad. De todo eso habla Agnes en su película, de cómo elegir un plano o un sonido para un contenido, de cómo transformar una película en un tríptico que un amante del arte va a adquirir y que ella transformará en parte del capital para sus próximas películas, porque "siempre me costó financiarlas".

JUEGO DE LA VIDA

Agnes cuenta de su amor por las playas, esos paisajes mentales por los que tanto le gusta filmar; recuerda el policromismo de "La felicidad", esa preferencia por los colores alegres y brillantes, y anécdotas divertidas como la de convencer al inmutable Andy Warhol para que actores de "Hair" de la época trabajaran con ella en una película. O cómo pudo atraer a una Lolita de los "60 (Jane Birkin) para que reflexionara qué es tener cuarenta años o se disfrazara de la Maja vestida o desnuda en alguna de sus películas.

El filme no sólo panea sobre algunos de los filmes menos conocidos de la directora, sino también sobre su veta de artista multimedia, generadora de instalaciones o de proyectos como "La isla y ella", que permite visitar el lugar donde reside, la tumba de su gata Zgougou o la instalación de "Las viudas de Noirmoutier", un video en el que quizás evoca su misma viudez de otro mago del cine, Jacques Demy ("Los paraguas de Cherburgo").

"Varda por Agnes" permite conocer a una adolescente contemporánea encerrada en un cuerpo que se fue a los noventa años, en el mes de enero.