Valerian y la ciudad de los mil planetas

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Luc Besson de regreso a un mundo futurista

Luc Besson vuelve al terreno futurista e intergaláctico de una de sus mejores películas, "El quinto elemento", ahora adaptando un comic francés de culto, "Valerian y Laureline", de Pierre Christin y Jean-Claude Mezières, por lo que el asunto es más ambicioso, empezando por el concepto de una ciudad en la que conviven pacíficamente mil culturas y razas llegadas desde los más lejanos confines del universo.

En el divertido prólogo que va demostrando cómo, desde una estación espacial internacional, se fue dando una larga serie de encuentros con culturas extraterrestres, hay más diseños de marcianos estrafalarios que en cualquiera de las películas de "Hombres de negro". Pero la variedad de criaturas y paisajes extraños puede llegar a ser abrumadora a lo largo de las mas de dos horas de película donde, por una cuestión lógica de adaptar una serie de comics en un solo argumento, pasan más cosas de lo que el sentido común aconsejaría. Los agentes de la confederación humana, Dane DeHaan y Cara Delevingne, deben descubrir un secreto oscuro en esa sociedad ecuménica, lo que deriva en un horrible caso de intolerancia relacionado con los terrícolas. Las imágenes alucinantes implican prodigios técnicos difíciles de apreciar del todo viendo una sola vez esta película, cuyo efecto visual redime sus desequilibrios argumentales. En el elenco la que realmente se luce es la cantante Rihanna como una alien con curiosas habilidades.