Vacaciones

Crítica de María Laura Paz - El Espectador Avezado

Desde el principio les diré que no es el tipo de comedia con el que congenio pero reconozco que funciona muy bien, sobre todo en público masculino adolescente y joven adulto.
En "Vacaciones" encontraremos parte de los personajes creados por John Hughs en "National Lampoon's Vacation" y sus secuelas. Entre ellos, Chevy Chase y Berverly D'Angelo, como el matrimonio Griswold original, que ahora son abuelos y cuyo hijo mayor, Rusty, se convierte en el padre de familia que llevará a su esposa y a sus críos en una aventura de 4100 km para cambiar la rutina del descanso, tal cual pasaba en los anteriores filmes.
Para el papel de Rusty lo convocaron a Ed Helms ("The Hangover", "The Office") que encaja a la perfección para ser el optimista frente al desastre que se le va presentando a cada paso, no porque tiene que ser así, sino porque él le agrega su cuota de ingenuidad y torpeza. Este piloto de una aerolínea de bajo presupuesto, tiene poco tiempo para disfrutar con su familia y es herido en sus sentimientos cuando escucha a su esposa decirle a una amiga que está aburrida de pasar sus vacaciones en una cabaña de Michigan, cosa que para Rusty es un hecho fundamental y ritual que fortalece los vínculos una vez por año. No se imagina que lo que realmente quiere Debbie (Christina Appelgate) es irse a París de segunda luna de miel. A cambio de la Ciudad Luz, Rusty renta un auto ridículamente adecuado para la road movie que vamos a ver. Fue diseñado especialmente para desbancar el ícono de cuatro ruedas de la saga de Hughs, hasta su nombre, Tartan Prancer y su origen, Albania, fueron inventados, como si fuera un actor más y de verdad, que se reirán bastante en las interacciones con los accesorios y la voz del GPS, que todavía me hace sonreír.
El hecho es que Rusty quiere llevar a su familia en una travesía de costa a costa de los EE.UU. en el engendro de la industria automovilística hasta Wally's World, un parque de diversiones que tiene la montaña rusa más nueva del país. En el camino, los miembros más jóvenes de la familia, James y Kevin, tendrán que congeniar o devorarse el uno al otro. James, en plena pubertad, con sus braquets, es tranquilo, romántico y un poco aparatoso, cantando canciones con su guitarra mientras que el pequeño Kevin (¿homenaje a "Mi pobre angelito"?), es grosero y rudo con su hermano mayor y con todo lo que se le cruza. Difícil tarea la de encerrar a la familia por 4100 km y allí no quedará episodio asqueroso, sensual, de descubrimiento de ciertos secretos por sortear si los Griswold no quieren darse por vencidos antes de llegar a la meta.
Otro conocido en el elenco es Chris Hemsworth, el rubio carilindo y que esta vez dejará la nobleza del héroe Thor para convertirse en el exhibicionista y egocéntrico ranchero meteorólogo cuñado de Rusty.
Tanto los directores de esta película, como los escritores, productores y actores parecen ser fanáticos de la familia Griswold y sus desventuras vacacionales. John Francis Daley y Johnatan M. Goldstein debutan en la dirección cinematográfica. El primero tiene 25 créditos como actor y 2 cortos como realizador cinematográfico. Completa el dúo Goldstein con el mismo currículum. Eso, sí, son los escritores de varios capítulos de reconocidas series como "Bones", "@#!&! Dice my Papá" y "The New Old Christine" y filmes como "Quiero Matar a Mi Jefe", "Lluvia de Hamburguesas 2", y embarcándose al comprar la franquicia de John Hughs ("Mi Pobre Angelito") para escribir y dirigir "Vacaciones".
Entre los productores se encuentran Chris Bender y David Dobkin que son especialistas en este tipo de comedias con un humor que roza lo grotesco, lo escatológico aunque siempre cuenta con algún mensaje como el valor de la familia, la amistad, y la no discriminación. Tal es el caso de los hermanos Farrelly y ellos se encargaron de la producción de algunas de sus películas, también de "American Pie", "The Hangover" (1,2 y 3) y "Los Rompebodas".
Me pareció creativa la idea utilizada tanto para los títulos como para los créditos finales ya que se proyectan fotografías, en el principio, como si fueran de la época de las primeras vacaciones, con efecto Instagram, y descubriendo partes que quizá no sean tan santas. Al final pasa lo mismo, pero con fotografías actuales, donde siguen con ese humor negro y un poco escandaloso.
De lo que sí me voy a quejar es de la inclusión de varias escenas en las que Kevin trata de ver cuánto tarda en ahogarse James con una bolsa de plástico en la cabeza. No olviden que estas pelis después las pasan por la tele...
Con gags que tienen lo suyo para divertir a un público que responde a lo que el filme propone, no es para una cita romántica.