Vacaciones

Crítica de Javier Porta Fouz - La Nación

Comedia eficaz y crítica

Como pasa en general con las comedias más escatológicas y vulgares Quiero matar a mi jefe 2, por poner un solo ejemplo-, la crítica estadounidense ha destrozado, en promedio, a Vacaciones modelo 2015. Es cierto que hay chistes que podrían funcionar mejor sin tanta obviedad y sin tanto doble o triple remate. Y también es evidente que hay explicaciones injertadas por la indecisión frente a los personajes: ¿hacerlos monigotes imposibles o permitirles la chance de la empatía?, dúo de opciones que en este caso van para lugares distintos y debilitan la narrativa. Pero la cantidad de chistes que despliega la película, el timing perfecto de más de la mitad de ellos un golpe, un accidente y un silencio pueden ser prácticas cómicas perfectamente ejecutadas y una actriz extraordinaria en un personaje superior (Christina Applegate como Debbie Griswold) hacen de esta Vacaciones un ejemplar en muchos momentos singularmente eficaz e inspirado de comedia estadounidense contemporánea.

Vacaciones 2015 es la tardía secuela de la trilogía de Vacaciones (1983-1989) con Chevy Chase. Los adolescentes de esa película son ahora los adultos (Ed Helms, protagonista y padre de familia, y Leslie Mann). El viaje es el mismo que en la película de 1983: de Chicago a California, para ir al parque Walley World en auto, un disparate de miles de kilómetros ejecutado por una familia comandada por un descerebrado. La película, vista a contrapelo, es una crítica salvaje y ácida de muchas zonas de la cultura estadounidense: por ejemplo, los Griswold pasan por delante de bellezas naturales deslumbrantes y las soslayan en el afán de llegar a la montaña rusa más bestial y hacer 4 horas de fila (y hay mucha más corrosión sobre usos y costumbres, ya desde las fotos iniciales). No es tan sencillo encontrar esa capacidad de demolición y crítica cultural en comedias contemporáneas de otros países, esa representación esperpéntica, ni siquiera en la ascendente pero todavía escasa comedia argentina actual. Y es aún más difícil mantener un ritmo parejo de chistes, aunque sean resueltos de forma despareja.

El rescate por triplicado de la canción "Holiday Road" de Lindsay Buckingham nos lleva, una vez más, a la película de 1983: al volver a ella notamos que su humor ha envejecido notoriamente, y también su forma deudora de la televisión, con música demasiado comentativa. Por su parte, los encuentros familiares con diferencia de clase hacia abajo antes, hacia arriba ahora se mantienen y son un núcleo narrativo importante. Por último, la línea narrativa de la rubia en el descapotable es mucho mejor y más breve en 2015, en esta comedia envenenada detrás de su escatología, vulgaridad y brutalidad, o tal vez gracias a su escatología, vulgaridad y brutalidad.