Vacaciones explosivas

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Con la impronta de Mel Gibson

El filme comienza con una persecución loca, que termina mal para alguien que acompañado por un compañero herido, lleva un botín de más de dos millones de dólares. La persecución acaba con el auto estrellado en la frontera mexicana y con unos policías que cambiarán de actitud cuando vean lo que contiene el auto.

El caso es que Driver (Mel Gibson), así se llama el dueño del botín, es llevado a una cárcel muy particular llamada "El pueblito". Una suerte de ciudad dentro de la cárcel en la que conviven ladrones y asesinos con sus familias, y en la que los pequeños negocios se dan la mano con un casino modesto y todo tipo de garitos.
La droga circula sin control. Dicen que "El pueblito" existió en México pero no se sabe si en la misma Veracruz, donde sucede la acción.

UN NIÑO AYUDANTE

En la cárcel Driver (Gibson), llamado por los mexicanos "El gringo", trata de sobrevivir con un sorpresivo ayudante, conocido como "el chico" (Kevin Hernandez), de nueve años y muy apreciado por la "elite" de los malandras, por razones que se saben al final del filme.

Se trata de una típica película de acción muy a la manera de Gibson ("Arma mortal", "Corazón valiente"), en la que "El gringo" es el clásico violento de corazón justiciero, enfrentado a otros malos, muy malos, que sólo piensan en delinquir.

La película tiene un atractivo, la descripción de "El pueblito", una cárcel a la mexicana, con señores amigos de los enfrentamientos, en la que hay que pagar derecho de piso y la vida siempre está en peligro. Espacio de maleantes muy pobres y maleantes muy poderosos, que conviven sólo separados por casuchas de chapa en el llano y viviendas de cierto lujo en el alto.

Con mucha acción en el comienzo y en la presentación de la cárcel y su gente, la película se estereotipa, carga las tintas, exagera y termina con poca verosimilitud y mucha desmesura.

Mel Gibson es Mel Gibson y hay un chico de familia mexicana que se roba las escenas en que interviene y se llama Kevin Hernández. Es buena y divertida la música de Los Cadillacs.