Uyyy! Dónde está el arca

Crítica de María Inés Di Cicco - La Nueva Provincia

Cuando la diferencia es la fortaleza

Producto de animación alemana, “Uyyy. ¿Dónde está el arca?” ofrece un espectáculo tierno y familiar.

Hollywood nos tiene acostumbrados a los héroes gradilocuentes. De carne y hueso o dibujados; de caracteres retraídos o extrovertidos; exitosos o la vida les viene devolviendo fracasos; ellos son siempre, invariablemente, ruidosos.

Por eso se agradece que, de tanto en tanto, un producto de otro origen y estilo venga a darnos descanso de ese rum-rum taladrante y nos ofrezca protagonistas que, sin ser aburridos ni caminar contra la fantasía y la creatividad visual y narrativa, tiren cables a tierra y nos den diversión sin histeria.

Uyyy. ¿Dónde está el arca? avanza por esas aguas -y las del bíblico diluvio- para contarnos acerca de un par de nestrianos -padre e hijo- y otro de grimpas -madre e hija-, especies por nosotros desconocidas, pero que en tiempos de Noé, según nos cuenta la película, existían.

Los nestrianos tampoco eran muy conocidos entonces, al punto de que cuando una muestra de cada especie sobre la Tierra es convocada a la salvación en el nuevo mundo a crear tras el diluvio, ellos no pasaron el check-in y debieron entrar como polizones.

Cuando los niños, siempre traviesos, terminan abandonados en plena tormenta, los padres harán lo indecible para regresar a por ellos, mientras los chicos sobreviven y encuentran su identidad y lugar en el mundo y logran torcer su destino a través de nuevos vínculos entablados con otros marginales olvidados. Con mensajes bienvenidos, esta historia vale para la familia y los más chicos.