Undine

Crítica de Samantha Schuster - Cinéfilo Serial

Christian Petzold es uno de los realizadores alemanes más prolíficos y talentosos de su generación. Obras como «Bárbara» (2012), «Ave Fénix» (2014) o «Transit» (2018) demuestran su capacidad para tomar un tema ya abordado previamente para darle una vuelta de tuerca interesante y creativa. En su último film, por ejemplo, adaptó una historia de 1942 a la modernidad.

En este mismo sentido nos encontramos con «Undine», la película de apertura de este festival, que se centra en la figura del título, una historiadora que da conferencias sobre el desarrollo urbano en Berlín. Cuando su pareja lo abandona, siente que no tiene otra opción que cumplir con el mito que la precede: matarlo y regresar al agua. Sin embargo, se enamora nuevamente y deberá lidiar con estas dos cuestiones por las que se siente atrapada.

Según la mitología griega, Undine u Ondina se llama a las ninfas acuáticas de gran belleza que habitaban en ríos, lagos, estanques o fuentes. En esta oportunidad, en vez de traer el pasado hacia el presente, el director alemán trae una fábula hacia la realidad. En la película no vemos a la protagonista como una sirena, sino una persona común y corriente solo con algunas actitudes un tanto sospechosas, que se van acrecentando con el correr del relato. Tal vez si no se conozca la mitología detrás no se termine de entender bien esta historia y el comportamiento de Undine, algo que no es del todo favorable para la construcción del film.

De todas maneras, debemos destacar las actuaciones y la química que presentan sus protagonistas, Paula Beer y Franz Rogowski, quienes ya habían trabajado juntos previamente en «Transit». Esta pareja elegida nuevamente por el director Petzold nos muestra un amor tan fugaz como intenso que traspasa la pantalla.

Está bueno el paralelismo que existe entre la historia de la cinta y la profesión de su protagonista. El director le otorga bastante tiempo a mostrar los monólogos de la actriz mientras recorre las distintas maquetas de Berlín para hablar de la unificación y la construcción o reconstrucción de la ciudad a través de los años, principalmente después de la Segunda Guerra Mundial. Esa misma reconstrucción por la que está atravesando ella. Un fin y un principio; una muerte y un renacer.

Por otro lado, nos encontramos con un clima plagado de misterio y tensión, donde no sabemos si la protagonista llevará adelante su destino o luchará contra sus propios instintos para no perder todo lo que logró. Si bien durante la mayor parte del tiempo atrapa al espectador, por otros se vuelve un tanto enrarecida, monótona, repetitiva y hasta algo aburrida, estirando un poco la trama a pesar de su corta duración de 90 minutos.

En síntesis, a pesar de su profundidad y tono poético, «Undine» resulta ser una obra un tanto menor dentro de la filmografía de Christian Petzold, director alemán que nos tiene acostumbrados a películas más impactantes. De todas formas, nos ofrece una historia creativa, arriesgada y que presenta una dupla protagónica con una química intacta.