Una noche sin luna

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Justo el 31

Estrenada en San Sebastián, ganadora del premio Golden Eye al mejor film internacional en el último Festival de Cine de Zurich, esta coproducción argentino uruguaya (inapropiado decir rioplatense, ya que el aporte local proviene de la ciudad de Córdoba), es otra apuesta a las historias mínimas hechas con menos producción que talento. En la noche de año nuevo, cuatro vidas se cruzan en un pequeño pueblo del Uruguay. César (Marcel Keroglián) abandona su turno de taxista y viaja a pasar la noche junto a la familia de su ex mujer, con el deseo de estar más cerca de su hija; Miguel (Daniel Melingo) es liberado de la cárcel y ensaya con su guitarra el repertorio que habrá de interpretar en el club del pueblo; al mismo club se dirige otro de los contratados, el mago Antonio (Roberto Suárez), pero en el camino su auto queda varado junto al peaje, y así conoce a la empleada del lugar, Laura (Elisa Gagliano). Sin sucumbir al sentimentalismo sino, más bien, a un costumbrismo melancólico heredado de Aki Kaurismaki y la celebrada dupla uruguaya que componían Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella, Una noche sin luna es una maravilla de ambientación, en gran parte por la fotografía de Magela Crosignani. El debut actoral de Daniel Melingo (ex Twist, Lions in Love, etc.) es un plus para este film que hace su justo desembarco para las fiestas.