Una noche fuera de serie

Crítica de Marcos Rodriguez - CineFreaks

Es claro que una película que tiene por protagonistas a dos actores cómicos de caras tan reconocibles como la de Steve Carell (protagonista de la serie de televisión The Office y de películas como Virgen a los 40 y El super agente 86) y Tina Fey (más conocida por su trabajo como creadora y protagonista de la serie de televisión 30 Rock) va a depender esencialmente de sus figuras como mecanismo del humor. Si bien la historia tiene sus atractivos, son ellos dos -con la ayuda de algunos muy buenos secundarios- quienes llevan adelante el metraje con su gestualidad, su corporalidad y, sospechamos, una buena dosis de diálogos improvisados.

Shawn Levy (director, entre otras, de Una noche en el museo y La pantera rosa; es decir, un artesano no demasiado destacado de la industria) presenta una historia que remite en su punto de arranque a Intriga internacional, de Alfred Hitchcock: una pareja tranquila de Nueva Jersey decide salir una noche a un restaurante de Nueva York para tratar de variar las cosas en su matrimonio y por una confusión de identidades terminan siendo perseguidos por mafiosos a lo largo y ancho de la Gran Manzana. Este disparador sirve tan solo como excusa para desatar una serie de situaciones que transcurren en una sola noche. Por supuesto, aquí la intriga sirve como base para las situaciones de humor.

También hay otra base del cine clásico (más trabajada en los diálogos) que subyace en Una noche fuera de serie: la de la comedia de rematrimonio. Género que se inició en la década del treinta y ha sido retomado infinidad de veces, aparece muy claramente desde el comienzo. Los Foster (Carell y Fey) son una pareja habituada a su vida rutinaria, a depender siempre de los chicos y del trabajo, a no hacer nunca nada nuevo. En una cena con amigos descubren que una pareja de conocidos se va a divorciar y eso echa una luz de duda sobre su propia relación. Desesperados por hacer algo diferente para demostrarse que su vínculo no quedó enterrado por los años y la familia, deciden salir a cenar a "la ciudad". Ese acto de variación en sus vidas monótonas es el que abre la puerta a una aventura desquiciada que los arroja en pocos minutos a una situación de desprotección y amenaza.

Como dijimos, si bien la idea es interesante, funciona en realidad únicamente gracias al equipo de actores, que pueden dar vida a personajes de una gran escala. Son muy interesantes los aportes de los actores secundarios: desde Mark Wahlberg (que se pasa toda la película sin camisa y amenaza a la masculinidad del personaje de Steve Carell), James Franco y Mila Kunis (una joven pareja de delincuentes en una muy corta escena) hasta Ray Liotta (en papel de mafioso).