Una noche fuera de serie

Crítica de Carlos Rey - A Sala Llena

Shawn Levy logro algo imposible: tener a Steve Carell y a Tina Fey en el reparto de su película Una Noche Fuera de Serie y no lograr ni siquiera un solo momento hilarante a lo largo de todo el film.

Uno piensa a priori siempre a un Carell con su estirpe de cómico looser , haciendo alguna morisqueta graciosa o mostrando ese splastick que habitualmente nos entrega con su cuerpo grande y torpe e imaginábamos a una Tina Fey con su humor acido e inteligente como nos brinda en SNL o en la serie “30 Rock”. Nada de ésto ocurrió.

Leavy no supo/pudo hacer comedia, como sí había concretado de buena manera en películas como Una Noche en el Museo. A cambio nos mostró la historia de un matrimonio de New Jersey de clase media que ve llegar una crisis porque sus parejas amigas comienzan a separarse y ellos notan que los motivos de esas separaciones son por situaciones similares a los temas que los aquejan en su matrimonio (hijos ruidosos , rutina laboral , decrecimiento de la pulsión sexual) , el plano inicial de la película con ellos despertándose ante un “ataque” matinal de sus hijos al ritmo de “Blitzkrieg Pop” de The Ramones nos hizo soñar con una película fresca y alegre. Nada de eso ocurrió.

Phil y Claire Foster (Carrell y Fey) deciden tener una cita romántica en New York , en la mejor marisquería de la ciudad , para hacer algo distintivo, diferente, que los saque de su rutina diaria, cita a la cual acuden sin haber tomado una reserva previa. Obviamente no tenian lugar y son tratados como unos felpudos por el recepcionista tal como lo hemos visto en infinidad de películas. Ellos van a esperar a la barra que ocurra un milagro y ante la ausencia de una pareja solicitada para una mesa, ellos deciden hacerse pasar por los ausentes tomando su lugar y pasar la noche “diferente” a las habituales.

A partir de ahí Leavy toma la conocida formula de Intriga Internacional donde por una confusión de identidad los Foster son perseguidos por la mafia pensando que eran la pareja que originalmente tenia reservada la mesa en el bar , los Tripplehorns. Lamentablemente detrás de la cámara no esta Hitchcock, entonces debemos conformarnos con una serie de persecuciones y escenas de acción de poca monta, con el cast incorrecto para ellas, apariciones y desapariciones de actores secundarios famosos (Wahlberg, Ruffalo, Franco) antojadizas e inexplicables y el final con la peor moraleja posible, esa que arenga que la rutina es normal en un matrimonio de mediana edad y que “all you need is love”.