Una noche en el museo 3 - El secreto de la tumba

Crítica de María Inés Di Cicco - La Nueva Provincia

Otra noche en un museo con "nuevos" personajes conocidos

“El secreto de la tumba” despide la saga de Shawn Levy con la altura debida, el aporte de grandes maestros de la escena, el recuerdo de Robin William, y la conciencia del adiós.

Todo tiene un final, todo termina... Y el cierre de la serie Una noche en el museo también tenía que llegar.

Claro que el director Shawn Levy, que algo de comedias conoce (Los becarios, La pantera rosa, Más barato por docena, Loca noche, Alexander o Recién casados, entre varias más), se encargó de que éste se diera con dignidad, a pesar del conocido leit motiv de la saga --las figuras de cera de personajes históricos cobran vida durante la noche- y del cansancio natural que los actores y espectadores puedan tener después de dos precuelas.

Ben Stiller, responsable del rol principal de Larry Daley, ya dio su parecer cuando en la premiere del filme aseguró que ya no volverá a lucir el uniforme del guardia.

Pero aquí y ahora está, para ponerle lo que sabe como comediante al héroe que, luego de su aventura en el Instituto Smithsoniano, en 2009, fue ascendido a director de actividades nocturnas del Museo de Ciencias Naturales de Nueva York.

El problema es que la ancestral tabla de Ahkmenrah, que hace que la estatuas cobren vida durante la noche, está funcionando mal, se activa fuera de hora y causa estragos cuando la galería está a pleno de visitantes.

Al parecer, la solución se encuentra Atlántico mediante, en el Museo Británico. Así que, afanado por proteger a sus ya demasiado queridos personajes históricos, emprenderá rumbo hacia Londres junto con el faraón Ahkmenrah, Atila, Theodore Roosevelt --uno de los últimos trabajos de Robin Williams antes de su fallecimiento-, Jedediah Smith, Octavius y Sacagawea,y un hombre primitivo de nombre Laaaa, que parece ser el eslabón perdido en el árbol genealógico de Larry.

En tierra inglesa, el grupo se topará con una guardia extravagante (Rebel Wilson), y con otros protagonistas del pasado de la humanidad que reviven al contacto con la misteriosa magia, como Sir Lancelot (Dan Stevens) y el faraón Merenkahre (Ben Kingsley).

Las andanzas ya conocidas se repetirán, con los giros y gags que la oportunidad presente e histórica provee, y con la conciencia de estar ofreciendo un producto que debe conformar toda la gama de edades de una familia.

Lo interesante de las comedias de Levy es que en todas cuenta con un elenco multiestelar y de verdaderos maestros de la actuación, y en cada una derrama a la platea la diversión de los intérpretes con sus personajes.

También es cierto que, por mucho que se preste el juego, en algún momento el tópico agota, y esta tercera entrega "debe ser" la definitiva.