Una mujer fantástica

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

Una mujer fantástica: relato valiente y fascinante

Una mujer fantástica pelea por sus derechos, conserva su dignidad, defiende su identidad, afronta las dificultades con entereza y coraje. Marina, la entrañable protagonista de esta emotiva película chilena. Como mujer trans debe enfrentar todos los obstáculos imaginables: los de la burocracia institucional, más exigente con ella que con otros, y los de la familia de su pareja, un hombre maduro recién fallecido de un aneurisma inesperado y letal.

Sebastián Lelio, quien ya había puesto en el centro de la escena a otra mujer valiente y decidida en la celebrada Gloria (2013), hace girar la historia alrededor de un centro de gravedad cargado de una energía vital arrasadora: Daniela Vega, la actriz trans que asume el rol protagónico con una convicción pasmosa. También se da el lujo de batir en una misma coctelera elementos del thriller, el melodrama y el realismo de perfil sociológico sin que la narración pierda coherencia ni fluidez. Incluso logra colar algún pasaje onírico que remite al cine de Luis Buñuel y suma un matiz más sin que nada suene discordante. Los enemigos de Marina son torpes, violentos y, sobre todo, muy hipócritas. Ella lo sabe y tiene lo necesario para presentarles batalla: su inteligencia y también su cuerpo, al que Lelio se acerca con sutileza, elegancia y una fascinación amorosa que contagia.