Una familia gay

Crítica de Lilian Lapelle - Cine & Medios

¿Me quiero casar?

La ley de matrimonio igualitario es sin dudas una conquista social muy importante, y ante esto Maximiliano Pelosi se pregunta si, ahora que tiene la posibilidad, quiere casarse con David, su pareja desde hace cinco años.
A partir de este planteo Pelosi dirige y protagoniza un documental sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, que analizando su significación social, legal y religiosa, y las experiencias de diferentes personas que se animaron a dar ese paso, se cuestiona si realmente la ley alcanza para igualarnos a todos.
La investigación tiene como fuentes la opinión profesional de expertos, información obtenida de internet y varias entrevistas -muy buenas en su mayoría-, a personas que aportan diferentes puntos de vista sobre el tema: sus propias hermanas, el cura del colegio al que concurrió, amigos que ya se han casado, y miembros de las agrupaciones C.H.A. (Comunidad Homosexual Argentina) y G.L.B.T. (Gay Lesbianas Bisexuales y Transexuales).
El documental resulta interesante ya que propone una reflexión sobre el carácter vital y trascendente que el derecho al matrimonio igualitario tiene para quienes han luchado años en busca de los derechos hereditarios y previsionales de los convivientes del mismo sexo, mientras que para otros es sólo una posibilidad que les ha sido dada y sobre la que no se detienen a pensar demasiado en sus consecuencias, y si es lo que realmente quieren.
Cabe destacar que no es un documental panfletario de los derechos de los homosexuales, sino un análisis que reflexiona acerca de las parejas y las familias. Sin embargo, vale criticarle que resultan excesivos los pasajes en los que Pelosi filma detalles de su vida cotidiana y de su propia relación de pareja, que lejos de aportar al desarrollo del tema central del documental, parecieran estar dirigidos a marcar más las diferencias que lo que tienen en común con las parejas heterosexuales.
Pelosi filma desde su perspectiva -o desde la de alguien con su mismo estilo de vida-, y desde allí plantea dudas comunes a todos: ¿casarse o no casarse?; ¿es posible ser fieles toda la vida?; ¿se puede sobrellevar la convivencia?. Porque más allá de las elecciones personales, el film intenta dejar en claro que estas cavilaciones sólo pueden surgir a partir de la igualdad de derechos, pues de otra forma, no habría lugar para planteos sino para la búsqueda de esa igualdad.