Una especie de familia

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

El deseo en un personaje es algo fundamental para que una historia avance, pero si a eso le sumamos las limitaciones morales que puede tener ante lo que debe hacer para cumplirlo, tenemos el potencial para una buena historia. Una Especie de Familia es consciente de ello y lo sabe explotar.

El suplicio de una madre adoptiva:
Malena, una médica, viaja al interior del país con el motivo de recibir al bebé que adoptará de una familia carenciada. No obstante, crítica de una especie de familiauna vez producido el nacimiento, Malena deberá sobrellevar sendos obstáculos que pondrán a prueba las limitaciones morales de su deseo de ser madre.

El guión de Una Especie de Familia es casi sólido, clásico incluso. Se trata de una protagonista capaz de hacer lo que sea con tal de obtener su meta, y no deja de encontrar obstáculos tan complejos como inesperados en su camino a alcanzarla. Esto plantea en el espectador una preocupación constante por saber cómo la protagonista sorteará el problema. Tan sencillo como eso, tan obvio como eso, pero lo destaco ya que es olvidado a menudo en muchas propuestas nacionales. Por otro lado es temáticamente innovadora, porque si bien toma como punto de partida el deseo de ser madre, el acento está más puesto en la necesidad de que la crianza de ese hijo no esté fundada sobre una mentira.

Entonces ¿por qué “casi”, si todo parece estar en regla? A riesgo de sonar demasiado exigente, estoy obligado a señalar que iniciado el segundo acto, en una escena específica, la superación de uno de los obstáculos no nace de una acción directa de la protagonista. La única y minúscula falla en lo que es, como un todo, un relato bien armado y bien desarrollado en sus distintos frentes.

En materia técnica, la película cuenta con una prolija fotografía y una notable dirección de arte que se vale de los colores lisos y saturados; verdes y azules en particular. Si tomamos en cuenta las limitaciones del contexto en el que se movían, el gesto es doblemente destacado.

En materia actoral, Barbara Lennie desarrolla con gran determinación y sensibilidad el papel protagónico depositado en ella. Claudio Tolcachir prueba ser un digno acompañamiento en el papel del marido de la protagonista. Daniel Aráoz sorprende con su caracterización del médico que ayuda al personaje de Lennie con la adopción: la sobriedad y compenetración con su personaje son una evolución notable respecto del registro en el que es costumbre ver al actor.

Conclusión:
Una Especie de Familia es una narración tan competente como fluida, que tiene al espectador en constante curiosidad de saber qué es lo que va a pasar después. Si a esto le sumamos la sutileza con la que entreteje su tema en la estructura narrativa, y el apoyo que la historia recibe de una conmovedora labor del plantel actoral, el resultado es una película recomendable.