Una especie de familia

Crítica de Marianela Santillán - Proyector Fantasma

Concebir la ética y la moral en torno a la maternidad
Una especie de familia, el quinto film como realizador de Diego Lerman (Tan de repente, Mientras tanto, La mirada invisible, Regufiado) es un crudo y desgarrador relato sobre el sistema de adopción en Argentina, su vacío legal y los procesos que atraviesan dos mujeres: Malena (Bárbara Lennie) y Marcela (Yanina Ávila), las dos grandes actrices del film.

La trama nos presenta inicialmente a una médica de Buenos Aires quien tiene un fuerte deseo por ser madre pero no puede concretarlo. Frente a esa imposibilidad, recurre a Misiones donde Marcela – a punto de parir a un tercer hijo al que no puede mantener- la espera para entregárselo en adopción, y así darle a Malena lo que más ansía.

Si bien todo pareciera estar encaminado, esto cambia rápidamente cuando se presentan nuevas condiciones –habituales pero cuestionables- para poder concretar esa adopción. A partir de ese momento, el film vira desde el drama hacia una especie de thriller psicológico, donde se ponen en juego la ética y la moral tanto de Malena, como del nuevo entorno. Todo lo que sigue es puro caos y desborde, situado puntualmente en Malena y en su creciente y desmedido deseo maternal – sobre el que luego se historizará más-, por el que acudirá incluso a su antigua pareja (Clauio Tolcachir).

Una especie de familia no sólo es un relato desgarrador, sino que resulta un film actual y necesario para seguir analizando y cuestionando los sistemas de adopción de nuestro país -tanto legales como ilegales- y el perverso sistema detrás de ellos. Diego Lerman relata esto con un manejo sutil y, lo más destacable y admirable es que lo hace lejos de los lugares comunes de crítica, condena; aquí no se juzga ni a uno ni a otro, sino que se exhibe el padecimiento que hay en ambos lados y, en ambas madres.