Una cigueña en apuros

Crítica de Brian Macchi - Fancinema

SALIENDO AIROSO

Un nuevo trabajo de animación llega a nuestras salas. En este caso nos referimos a Una cigüeña en apuros, una coproducción entre Noruega, Bélgica, Luxemburgo y Alemania, en la cual se cuenta la historia de Richard, un gorrión que convive con una familia de cigüeñas, convencido de que es una de ellas y cuyo mayor deseo es viajar a África junto a su familia adoptiva y las demás integrantes de la bandada, antes de que llegue el invierno.

Desde su inicio (un comienzo “similar” a otro reconocido film animado), esta producción se presenta como un rejunte de ideas, personajes y situaciones ya vistas dentro del universo animado, como también al literario, ya que durante toda la película sobrevuela el espíritu de Un patito feo.

Esta circunstancia va provocando que el espectador vaya perdiendo interés, hecho que se agrava aún más cuando la película tampoco aporta momentos en los cuales la trama levante y logre abandonar la monotonía que contiene.

Además, la construcción de personajes no resulta de lo más destacada, ya que los protagonistas no poseen mucho carisma ni tampoco demasiados contrastes como para hacerlos atractivos, sobretodo ante la vista de los más pequeños.

Quizás la historia de estos pájaros, una especie de “rechazados” de sus verdaderas familias, resulta ser lo más atractivo, al mostrar acertadamente que la suma de voluntades puede llegar a algo positivo, siendo un buen mensaje para transmitir.

En definitiva, a pesar de todas sus fallas, Una cigüeña en apuros termina saliendo airoso, resultando un producto regular pero aceptable y digno, que seguramente es una buena primera prueba para un nuevo estudio que pretende hacer films animados. Falta mucho (sobretodo brindar más originalidad) pero van por el camino correcto.