Una chica invisible

Crítica de Elian Aguilar - Cultura Geek&Pop

Reza Jorge Drexler en su tema La infidelidad en la era de la informática:

Y la obsesión desencripta en lo críptico
Viola lo mágico, vence a la máquina
Y tarde o temprano nada es secreto
En los vericuetos de la informática

Y algo de eso hay en la ópera prima de Francisco Bendomir, Una Chica Invisible.
Desentramemos la trama y entremos en la sinopsis, en lo que vende el poster y el trailer: Un hacker a sueldo instala cámaras ocultas en el departamento de una actriz que decide suicidarse al descubrir que la peor audición de su vida se viralizó en YouTube.

O sea, estaríamos frente a un drama sobre los límites de la privacidad en los tiempos de redes sociales y hackers, de la viralización de los contenidos sin consentimiento, sobre cómo retirarle el velo de lo secreto a algo que es nuestro. Sí, un poco de eso hay… pero tampoco es el centro.
Como en la letra del tema musical, todo se vuelve un vericueto, todo se comienza multiplicar como una suerte de algoritmo algo torpe pero con buenas intenciones. Una Chica Invisible es en realidad la historia de un padre soltero y joven, muy pajero, que trabaja arreglando PCs y tiene una hija de once años que peca del virus de las películas de Hollywood: niñes que actúan como adultos. Daniel (Javier de Pietro) nuestro protagonista, cuando arranca el relato, es enviado a espiar la computadora de Andrea (Andrea Carballo), una actriz que busca triunfar y que está en una relación tóxica y desvencijada con Mauro (Pablo Greco), un conflictivo pasivo-agresivo de aquellos que le pide el favor a Daniel de tener acceso a la privacidad de su (ahora ex) pareja.

En el medio de esto, sin saber porqué, se viraliza un video de un casting de Andrea donde termina vomitando como si fuese una de las chicas de Pitch Perfect (sorry not sorry por la referencia). Esto la lleva separarse de Mauro, y en una noche de depresión clavarse más pastillas que Esmeralda Mitre, pero es detenida por Daniel desde la clandestinidad de la virtualidad, convenciéndola que no se encuentra sola. Y si ahí la obsesión desencripta lo críptico, la magia hace su aparición.

Porque también es la historia de Juana (Lola Ahumada), una nena de 11 años que viraliza un video suyo clavándose un cuchillo y que tiene que lidiar con un padre sobrepasado y pajero, mientras consume un manga que lleva el título de la película. Ella, una chica que ya vimos en varias películas de género en nuestro país y que se configura con un futuro prometedor, será el centro del relato y parte fundamental del cierre del conflicto, a pesar de estar siempre en la puerta viendo al resto jugar.

¿Confundidos y confundidas? ¿Si? Entonces van bien. El mundo que propone Bendomir es extraño, los planos tienen un trabajo espectacular de luz y composición, aunque abusan de una repetición que parece ser parte de la propuesta estética, pero permite adivinarlos antes que aparezcan y le pegan en contra a la búsqueda que parece tener de un relato donde cualquier cosa puede pasar. El trabajo actoral es deparejo, Andrea Carballo vuelve a repetir esa rigidez en los gestos y los acentos que vimos en el corto viral Ni una sola palabra de amor (2013), Javier de Pietro no termina de definir si busca ser un pende-viejo o sólo un ser apático, y cuando tiene que putear produce bastante cringe. De Pablo Greco vemos poco, y tampoco brilla porque el relato no se lo pide… ahora, Lola Ahumada parece ser la única que entendió a la perfección el tono. Su “naturalidad”, su decir, su timing, permiten reforzar ese clima enrarecido de incomodidad y humor que potencian las líneas de diálogo que parecen salir de un soliloquio del director de The Room (2003). Sin lugar a dudas, ella es la que mas brilla y mejor sale parada en el total, quizás porque el espíritu jovial, cercano a la cultura oriental (lo vemos en su forma de vestir) que tiene la película marida mejor con su edad.

Y luego hay preguntas que no encontrarán respuestas SPOILERS ALERT: ¿la obsesión de Daniel viene de antes y JUSTO JUSTO JUSTO -sic Te lo Resumo Así Nomás– se encuentra con Mauro que le pide espiar a esa mujer en particular? ¿Cómo se entera Andrea dónde vive Daniel y porqué es la primera persona en la que piensa como responsable? ¿No piensa en Mauro? ¿Cómo se entera Juana de lo que hacía su padre con las cámaras? ¿A qué va la historia del indigente que para en el kiosco de Mauro? ¿Por qué tanto product placement? FIN DEL ESPACIO SPOILER

Una Chica Invisible es un experimento con muy buenas intenciones y grandes aciertos. Al ser ópera prima también algunas incongruencias, pero la práctica hace al maestro y todes sabemos que tarde o temprano nada es secreto en el mundo del cine. Se huelen las intenciones de un espíritu lúdico y más musical, y se agradece el juego estético en los planos y en una secuencia animada. Es llamativo que, a pesar de no haber sido realizada durante la pandemia responda a esa urgencia de les realizadorxs de hablar sobre las pantallas y la forma de comunicarnos. Sin olvidarnos que en la era de la informática nadie es invisible, aunque lo quiera.

Salvo que te caiga un rayo.