Una banda de chicas

Crítica de Javier Luzi - Visión del cine

Después de su estreno en el 33° Festival de Mar del Plata y tras su paso por varios festivales de cine, se estrena Una banda de chicas: un documental que sigue a varios grupos musicales de mujeres o a cantantes femeninas, visibilizando la cotidianidad de un medio y una sociedad que comienza a sacudirse el machismo, el falocentrismo y el patriarcado.
El mundo de la música argentina siempre tuvo mujeres que se destacaron. Pero les costó llegar a ser reconocidas por la industria, que anteponía como criterio principal las cifras de venta. Igualmente no era más que un reflejo y parte de un mundo que miraba desde y por el hombre. En estos tiempos que corren se está tratando de corregir siglos de sometimiento, de maltrato, en definitiva, de desigualdad entre mujeres y hombres. Por eso no resulta extraño que surja Una banda de chicas.

El documental de Marilina Giménez (que pasó de integrante de la banda de rock Yilet, al detrás de cámara) es un retrato que sigue y muestra a diferentes agrupaciones musicales formadas por mujeres, lesbianas y trans. Cada una de ellas con sus variadas formas de pensar la música a través de diferentes ritmos y estilos: She Devils, Kumbia Queers, Paula Maffia, Chocolate Remix, Miss Bolivia, entre otras.

Con un montaje fluido que hace pasar ante los ojos del espectador cada banda sin que se necesiten carteles o bloques que las encasillen/nominen, usando la forma inteligentemente para mostrar las continuidades más que las diferencias, y una fotografía que demuestra su destacado trabajo en las imágenes nocturnas, Una banda de chicas hace uso tanto de la palabra como de la música en sus registros de performance en vivo.

El documental atraviesa lo cotidiano e íntimo, pasando por lo profesional, hasta desembocar en lo público y político que significa la reunión de las músicas y cantantes firmando la carta a favor de la IVE y la plaza frente al Congreso cuando ocurrió la votación en contra de ese proyecto de ley en la Cámara de Senadores.

A pesar de tocar temas coyunturales y propios de estos tiempos, jamás se siente forzada la inclusión de éstos ni la urgencia vuelve a Una banda de chicas menos artística ni entretenida.

Un documental ágil, divertido, emocionante, político y musical con mujeres empoderadas.