Un tren a Pampa Blanca

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Gente solidaria pese al sistema ferroviario

Consultorios, equipo de rayos, laboratorio, camarotes, son tres vagones y un puñado de médicos pediatras, todos ellos voluntarios, que viajan 1700 kilómetros hasta Maquinista Verón y Pampa Blanca, allá en Jujuy, deteniéndose en una decena más de pueblos, desde el norte santafesino para arriba, para atender a los niños. El tren de la Fundación Alma existe desde 1980, desde entonces cumple su tarea, cada vez con más problemas, debido a la decadencia del sistema ferroviario, pero aún la cumple. Este documental sigue algunos de sus viajes, asiste a las consultas de madres afligidas, registra acusaciones contra los servicios locales que no prestan servicio, vuelve meses después para seguir a una familia en especial, y, sin subrayados ni proclamas, deja constancia de abandonos, endemias, y esfuerzos cotidianos.

Allí están los médicos pediatras, incluso alguna vez una española, ahí las estaciones y las locomotoras cada vez más arruinadas (un viaje de tres días y medio lleva el doble), los chicos anémicos, el flagelo del Chagas y la tuberculosis, la mujer que sólo habla quechua y va a consulta con su vecina que la traduce, la que teme la reacción del marido si vuelve y encuentra al chico internado, la joven que perdió a su madre en el hospital cercano y cuenta del «médico de campo» que le decía que estaba maldecida, las «golondrinas» que sólo en el tren reciben asistencia, porque «no son del lugar», el hombre viudo que carga con sus niños, la embarazada de nueve meses que todavía no les dijo nada a los padres, y, en medio de todo eso, la nena que canta lo que aprendió en el jardincito.

Puede objetarse el ángulo desde el cual se registra el parto de la embarazada, muy bonito y un canto a la vida, pero que algún público ha de criticar, sobre todo si llega a verse en su pueblo. La objeción es menor, comparada con las realidades que este trabajo muestra, y el ejemplo que brindan los voluntarios. La película no lo dice, pero esta fundación no recibe subsidios ni apoyo estatal permanente. La creó, en 1973, el doctor Martín Jorge Urtasun, antiguo jefe de cirugía del Elizalde y el Churruca, y con su tren ya cubrió miles de consultas y tratamientos odontológicos, trajo cientos de chiquitos con sus madres para tratamientos específicos, y aportó remedios, siempre gratis, con ayuda de empresas y particulares.

En cuanto al autor del documental, se trata de Rodolfo Pochat, más conocido como Fito Pochat, ex director de los canales The Big Channel (para niños) y Solo Tango, hace tiempo egresado de la Enerc y del mercado financiero donde trabajó mientras estudiaba Ciencias Económicas. Este es su primer largo, y vale la pena tenerlo en cuenta.