Un tango más

Crítica de Ricardo Salton - Ámbito Financiero

Fascinante historia de amor con el tango como excusa y nexo

Ésta es una película de tango; de la danza del tango; un documental sobre la vida en común, en lo artístico y en lo personal, de dos personas que ya superan los 80 años; la recreación ficcional de una Buenos Aires que ya no es; la mirada de familiares y bailarines del presente, que observan con algo de extrañeza y desde sus propias sensibilidades, una historia que por muchos momentos rompe con los cánones de la lógica. Y es, sobre todo, una película de amor y desamor, de encuentros y desencuentros, de acercamientos y rupturas, de dulzura y violencia entre una mujer y un hombre; con la particularidad de que todo sucede con y por el tango, algo que se escapa de todos los moldes.

Juan Carlos Copes (84) y María Nieves Rego (81) fueron la pareja más famosa del género. Trabajaron juntos por 40 años. Fueron compañeros de vida en una gran parte de ese tiempo. Se necesitaron artísticamente y por eso prolongaron su sociedad en el escenario y en las giras aún cuando ya ni se dirigían la palabra. El bailarín armó una familia hace ya mucho. Ella, la bailarina, la que se sometió a los caprichos y los mandatos creativos de él (el cuadro de la mesa que fue todo un símbolo quizá sea el más llamativo al respecto), termina su vida sola. Los dos se respetan en lo profesional y saben que se fueron mutuamente imprescindibles. Los dos conservan una fuerte dosis de odio que quizá trasluce un amor nunca terminado del todo.

Todas esas cosas están en este muy bello y emotivo film de Germán Kral, un argentino que se formó y vive en Alemania, que ha dedicado una parte significativa de su trabajo a hablar del tango, y que aquí contó con la producción ejecutiva de Win Wenders. Copes y María Nieves son los protagonistas excluyentes; aunque ella tiene muchos más minutos en la película, seguramente porque estuvo más dispuesta para el diálogo y las confesiones. Se sumaron Myriam, la esposa del bailarín, su hija bailarina Johana, y los bailarines y coreógrafos Pablo Verón, Alejandra Gutty, Juan Malizzia, Ayelén Álvarez Miño, etc., que hacen de ellos mismos en el presente o personificando a Juan y María de otras épocas. Y juegan un papel importante aunque de respetuoso segundo plano, las músicas de Luis Borda, el Sexteto Mayor (al que se ve en escena con la voz del Chino Laborde) y Gerd Baumann.

En conclusión: "Un tango más" no es una película apta exclusivamente para amantes de la danza y la música rioplatenses, aunque éstas sean omnipresentes. Es en verdad un relato de vida, una fascinante historia de amor, un film romántico que tiene al tango como brillante excusa.