Un sueño posible

Crítica de Jorge Bernárdez - Subjetiva

Seamos buenos

Un sueño posible es un pésimo título, pero teniendo en cuenta que el original hace alusión a una jugada de fútbol americano, se puede entender que los distribuidores buscaran algo más universal. La historia de la que habla la película no es apta para cínicos o para aquellos que no estén dispuestos a entregarse a un relato sobre la bondad y sobre las posibilidades de sobreponerse a lo que el destino nos ha puesto en el camino.

Big Mike es un negro enorme cuyo origen es un ghetto negro, el destino de este adolescente enorme es seguramente el de la mayoría de sus amigos del barrio: la droga, la violencia, la cárcel y seguramente una muerte acorde a ese derrotero. Pero Big es rescatado de la calle, primero por un entrenador de fútbol americano de colegio privado que le ve físico para su equipo y presiona a la junta de admisión. El problema es que los resultados académicos del adolescente son desastrosos. Algunos profesores tratan de ayudarlo, otros dudan acerca de si ese es el lugar adecuado para tener a ese habitante de los barrios bajos sin padre y con una madre adicta al crack. En ese punto de la relación entre el colegio y Big Mike aparece en escena la familia Touhy.

Leigh Anne Touhy se sorprende un día vendo a su hijo menor hablar con una verdadera montaña humana, de color negro que deambula por el colegio y le pregunta quien es el nuevo amigo y el hijo le dice que es Big Mike. Pocos días después la familia en pleno, mamá, papá, nene y nena se cruzan bajo la lluvia con el enorme adolescente que no tiene donde parar y se lo llevan a dormir a su lujosa casa. Anne Leigh es diseñadora de interiores y decoradora, el padre de la familia es una ex estrella del basket que tiene una cadena de restaurantes. A partir de allí comienza el cuentito de una improbable relación entre esa familia blanca, cristiana y republicana y el adolescente negro.

La historia es real y efectivamente el adolescente, negro y gordo llegó a ser una estrella del fútbol americano y esa familia de WASP junto con una tutora demócrata que interpreta Kathy Bates cambió la vida de ese chico, claro, con el esfuerzo del protagonista de la historia. Sandra Bullock encarna a esa rubia de clase alta que se involucra en la vida del desclasado y lo hace con sensibilidad y gracia; no sé si eso merece un Oscar pero lo bueno es que al menos no lo ganó por hacer un personaje con capacidades especiales.

Un sueño posible es la película ideal para sacar a pasear al cínico que anida en el argentino medio que mira de costado estas historias y prefiere sospechar antes que creer. Viendo la edición de This is it (sobre los conciertos que iba a dar Michael Jackson cunado murió), me encontré en los extras con dos historias que me sorprendieron una es la de uno de los bailarines que iba a participar del show, un muchacho holandés que enterado de las adiciones se tomó un avión y cinco días después estaba elegido para participar de ese show que prometía ser grandioso. Por otro lado una guitarrista que parece en la banda de Jackson cuenta que llegó ahí a través de My Space. El american way of life, la idea de que si uno vale puede llegar, el you can do it que tanto detestamos, en ocasiones funciona. El espectador que se siente en la butaca para ver esta película tiene que estar abierto a creer, que la gente puede ser buena a pesar de ser republicana, que no todo es un infierno y que aunque uno piense que el origen lo predestina, si pone esfuerzo y se deja ayudar puede burlar al destino. A veces resulta bien.