Un sueño hermoso

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Nadie conocía a Alejandra Podestá. Y parece que después del estreno y del éxito de De eso no se habla, la película de María Luisa Bemberg que protagonizó en 1993 con Marcello Mastroianni, tampoco. Salvo por un hecho que tal vez no muchos recuerden, y que sería mejor no spoilear.

Un sueño hermoso es el documental que, a través de entrevistas a muchos de los que participaron del filme –pasan frente a cámara Lita Stantic, Alejandro Maci, Jorge Goldenberg, el Chango Monti, y más-, retrata a Podestá, y lo que fue aquel rodaje. Como una trastienda, pero con el foco en quien respondió al llamado en un aviso, que decía que “se necesita una enana”.

La relación entre Podestá y Bemberg, toda una adelantada a su época, que supo decir en el programa Función privada que “Ser machista es ser fascista, ser feminista es ser antifascista”, y que por entonces intuía que “Estamos terminando la era patriarcal. Yo no lo voy a ver, pero cuando haya igualdad el feminismo morirá”.

Por allí se dice que ella “tenía la idea de un falso cuento de hadas” sobre el relato de Julio Llinás. Podestá era Carlota, de quien se enamoraba Ludovico, el personaje que vino a interpretar Marcello Mastroianni. Que, como todos los de la directora de Momentos, Camila y Yo, la peor de todas, eran mujeres "que debían abrirse paso en un mundo no pensado para ellas".

A Podestá se la escucha, pero no se la ve en sus declaraciones y recuerdos de lo que fue el rodaje, buena parte realizado en Colonia del Sacramento, en el Uruguay. Hay un motivo.

El documental de Tomás de Leone (El aprendiz) es, tal vez, breve, pero contundente, sin desperdiciar minutos. Va presentando y develando las personalidades de la realizadora fallecida en 1995 y de Podestá -que no tenía idea de quién era Mastroianni-, de esta última más a través de las palabras de amigos. Una buena opción en tiempos de cuarentena.