Un suelo lejano

Crítica de Luciano Mezher - Visión del cine

El director Gabriel Muro sigue al profesor de filosofía José Manuel Silvero Arévalos que da clases a gente humilde en distintos lugares de Paraguay, mientras se dirige a una colonia alemana llamada Nueva Germania.
Un suelo lejano transita el camino del profesor Arévalos a medida de que se acerca a la comunidad de Nueva Germania, un pueblo rural fundado a fines del siglo XIX por Elisabeth Förster-Nietzsche, hermana de Friedrich y esposa del escritor Bernhard Förster.

Tanto Elisabeth como Bernhard fundaron esta utópica comunidad con principios racistas, antisemitas y vegetarianos. El documental indaga cómo este pasado se mezcla con la cultura guaraní y la realidad que vive el pueblo en la actualidad.

Tanto el profesor como el documental intentan contestar la pregunta de cómo se vinculan ambas tradiciones, teniendo en cuenta que los pueblos originarios eran utilizados como sirvientes de aquellos alemanes que conformaron el nuevo lugar.

Un suelo lejano va desenredando esta historia del pasado y el presente con planos generales del pueblo y de sus habitantes, recitando extractos de cartas y también algunos testimonios de descendientes alemanes. Todo esto a medida que se prepara y se realiza una fiesta que parece fusionar dos realidades distintas en un pueblo pintado de un color tan alejado de la tonalidad de sus tierras.

Un suelo lejano de Gabriel Muro es un documental que busca concientizar en los orígenes de un pueblo como Nueva Germania, fundado bajo ciertos ideales que a pesar de que no fueron concretados, terminaron conformando una comunidad mestiza. Genera preguntas sobre la identidad y el espectador es libre de sacar sus propias conclusiones ya que ni los habitantes del pueblo pueden contestarlas.