Un pasado infernal

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Menos de lo mismo

Vincenzo Natali irrumpió en el ámbito del cine de terror en 1997 con El Cubo, que con el correr de los años se convertiría en una película de culto. Poco más de una década después se estrenaría aquí la interesante Splice: Experimento mortal (2009). Es, entonces, un nombre con cierto reconocimiento dentro del género. Lástima que Un pasado infernal no esté a la altura de sus antecedentes.

Lisa (Abigail Breslin, la niña de Pequeña Miss Sunshine ya bastante crecida) es una adolescente que hace una semana se levanta, al igual que Phil en Hechizo del tiempo, todas las mañanas para vivir el mismo día. En ese contexto, ella ve cómo su familia repite todos y cada uno de sus movimientos y frases. Hasta que, de buenas a primeras, descubre que se trata de algo así como un purgatorio y que en realidad está muerta.

A partir de ese planteo Natali propone una película de terror que transita todos y cada uno de los lugares comunes (el “amigo imaginario” del hermano, un asesino serial, fantasmas que buscan ser “liberados”, conexiones con otro mundo -que en realidad es “este”-, corridas, gritos y llantos) sin ningún tipo de autoconciencia, convirtiendo a Un pasado infernal en un exponente tan genérico y desangelado como la traducción local de su título. Lo único relativamente original es el punto de vista fantasmagórico. El resto, queda dicho, es más de lo mismo. O menos.