Un pasado imborrable

Crítica de Néstor Burtone - Otros Cines

Menos de lo mismo

Se sabe que diciembre es históricamente flojo en cantidad –y generalmente en calidad– de estrenos, lo que da lugar a que muchas distribuidoras lancen aquellos films postergados durante los meses previos. Uno de los ejemplos de este 2014 es Un pasado imborrable. El del australiano Jonathan Teplitzky es uno de esos films que pedía a gritos ser considerada para la temporada de premios del año pasado (se estrenó en el Festival de Toronto 2013) y que, sin embargo, pasó sin pena ni gloria.

La película está basada en la novela autobiográfica de Eric Lomax, un escocés (interpretado por Colin Firth) que durante la Segunda Guerra Mundial combatió en el frente asiático hasta que fue capturado por miembros de la policía militar del ejército Imperial, quienes lo llevaron a un campo de concentración tailandés en el cual no sólo lo torturaron, sino que lo obligaron a trabajar en la construcción de un tren que uniera Tailandia con Birmania. Si la historia suena conocida se debe lisa y llanamente a que lo es, ya que en esos mismos hechos se enmarcó El puente sobre el río Kwai.

Claro que Un pasado imborrable está alejadísima de aquella propuesta. Jonathan Teplitzky opta por un tratamiento mucho más dramático, centrándose más en las secuelas emocionales y los traumas de Lomax que en el conflicto bélico en sí, dando pie a un dramón académico, filmado con pomposidad y siempre listo para tematizar cuestiones importantes como el perdón, la memoria y la reconciliación.