Un paraíso para los malditos

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Las actuaciones son el fuerte de un extraño policial

Este es el típico film que intriga por raro y sin dudas luce original, pero que no termina de resultar realmente eficaz. Se trata de un policial algo metafísico sobre uin tipo solitario que comienza a trabajar como sereno de una típica fábrica de los suburbios bonaerenses, y que una vez mezclado en un homicidio, se dedica a ocuparse casi de golpe de una familia que quizá sea la suya, empezando por un padre con demencia senil.

Los climas elegidos por el director de la comedia policial "Extraños en la noche" por momentos están más cercanos al fantástico que al policial, y ante el hermetismo general, lo que no deja duda es que el espectador siempre tiene algo interesante que ver, desde la excelente fotografía de Sol Lopatin, y el muy buen montaje especialmente en las logradas escenas de acción y violencia- y la adecuada música.

De todas maneras, el fuerte de la película son las actuaciones, ya que Joaquín Furriel sostiene su enigmático personaje a base de talento, y de un gran esfuerzo de composición, entendiendo lo complejo de aparecer como protagonista casi absoluto durante la mayoría de las escenas del film.

Y en el elenco también se destaca Alejandro Urdapilleta como el padre que con su senilidad ayuda a permitir la confusión en la que se basa la trama. El trabajo de Urdapilleta es excelente, aunque el peso de la película recae en Furriel. Sin duda es uno de los motivos para ver un film con varias cualidades aunque finalmente con resultados más extraños que realmente buenos.