Un nuevo despertar

Crítica de Gabriela Avaltroni - Función Agotada

Un Nuevo Despertar (The Humbling) comienza con un Al Pacino que dialoga frente al espejo en su camarín mientras que se oye de lejos que le faltan tantos minutos para su aparición en escena. Pero algo sucede y la escena que acabamos de ver se reconstruye girando en otro sentido.

De entrada el director Barry Levinson nos avisa que nada de lo que vayamos a ver será real, o tal vez sí pero la realidad desde la óptica de un actor, gran representante de la realidad y de la ficción en su máxima expresión.

Al Pacino casi que se representa a sí mismo, él lleva adelante el personaje de Simon Axler y toda la película la carga en una espalda que ya no puede contener más el pasado. Para agregarle un grado más de ridiculez a la vida devastada se suma la presencia de Greta Gerwing como Pegeen, la hija de una amiga que de chica siempre estuvo enamorada de Simon y su mundo.

Un Nuevo Despertar muestra el crepúsculo del actor.
La aparición de Pegeen será el presente y el futuro lejos del escenario. Ella será quién le demuestre que está en el olvido convirtiendo su pasar en una gran parodia.

Levinson, director de Buenos Días, El Mejor, Vietman y Rain Man, apuesta llevar al máximo la decadencia e indiferencia que sufren los actores y Pacino se presta notablemente en mostrarse como tal poniendo todo el cuerpo en la película. Un nuevo despertar, tanto como Birdman, muestra la desdicha actoral en comedia pero con un trasfondo bastante dramático.