Un mundo misterioso

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

El camino se vuelve cada vez más dificil de andar

A Boris (Esteban Bigliardi) parece que su vida lo conforma. No le gustan los cambios o vive el momento sin demasiadas preocupaciones. Todo se supone que transcurre sin novedades hasta que Ana toma la palabra. Su amiga, quizás una joven pareja de años, decide hacer un "impasse" en la relación. Se queja de la cotidianeidad que los envuelve y chau, adiós Boris, o hasta pronto. Quién sabe!

Es como que son demasiado jóvenes para que todo sea tan rutinario. ¿Y qué puede hacer un argentino clase media, con no demasiadas inquietudes y menos de treinta años? Irse a vivir con un amigo, volver a la "casita de los viejos" o elegir un hotel de barrio. Boris elige un hotelito de Once, tan poco atractivo como intuimos su vida hasta ahora y con balconcito mínimo, donde uno puede asomarse a la nada, una nada tan aburrida como el sándwich cotidiano, puro pan, poco fiambre y mayonesa inmemorial.

AUTO USADO

Después de algunos días, Boris opta por el viaje, se compra un auto usado, venido de la debacle de la Europa del Este. Por supuesto que el "eslavo" de cuatro ruedas se le queda una y otra vez en la ruta, pero puede ser un buen compañero.

Al menos es previsible, no puede hacer más que desplazarse o detenerse. No habla, no preocupa, no quiere explicaciones. Después vendrá alguna chica de momento, una fiesta anodina, alguna otra chica menos de momento que la anterior, una tormenta y hasta un viaje al "paisito", una Colonia uruguaya que no le significa nada y de la que vuelve casi sin ir.

La película está bien construida, Moreno es el director de "El custodio", aquélla con Julio Chávez, cuando no era "El puntero", filme de tiempos tranquilos y silencios. "Un mundo misterioso" recuerda a "Ana y los otros" si de directores jóvenes hablamos. Celina Murga y Moreno viven sus tiempos y sopesan la densidad de la nada.

Actores correctos, ninguna sorpresa argumental. Esa es la pena, porque con ese título uno se esperanza y como dice Cortázar, "se deja viajar por las cosas y espera que la esperanza suba de nuevo al cocotero del que se cayó" y le dé una sorpresa, pero ese mundo misterioso que puede querer aparecer en la Noche de Año Nuevo se guarda, quizás hasta la próxima búsqueda de Rodrigo Moreno.