Un momento de amor

Crítica de Luciano Sivori - Alta Peli

Cine de (malas) épocas.

Los años ´50 no fueron los mejores para las mujeres occidentales. Faltaban décadas para su revolución sexual y una mujer que desafiara a la norma social era rápidamente excluida. En este contexto, el personaje de Gabrielle representa el espíritu libre, una mujer enamorada del amor, vibrante, intensa. Y, así también, apasionadamente conflictiva.

En su pueblo la consideran una loca. Quizás hoy la veríamos más como una ingenua del amor, dotada de un exceso de pasión y una desmedida ilusión romántica (que es mucho más fuerte que ella).

A lo largo de este estudio de personaje, que recuerda a la inmortal Madame Bovary de Flaubert, la vemos crecer desde adolescente hasta su madurez, en busca de emociones que la saquen de la cotidianeidad y le permitan vivir la vida. Una de ellas –oh, casualidad– será su amante en la clínica a la que va a curarse sus piedras en los riñones.

Un conflicto conocido:
Este melodrama clásico –que seguramente apasionará a los fans del género– se mueve con mucha lentitud durante 120 minutos donde no pasa tanto como uno querría.

Luego de que Gabrielle se casa, sin amor, debido a la presión familiar, con un hombre (José, Alex Brendemühl, protagonista de interesante Wakolda) comienza a explorarse el refritado triángulo amoroso, completo con mentiras, culpas, desengaños, esas cartas románticas que nunca llegan y mucha pasión contenida.

Su ingreso a una casa de retiro de rehabilitación la lleva a conocer al teniente André Sauvage (Louis Garrel) de quien quedará enamorada. ¿Y cómo no hacerlo? Es sensible, hermoso, frágil, toca el piano (por supuesto)… más trillado, imposible.

Admito que no disfruto de este tipo de historias, pero ésta es demasiado cliché para siquiera llegar a interesar al alma. El trío protagonista cumple (lo de Marion Cotillard es muy bueno y se monta la película al hombro) pero no alcanza para levantar la película.

Ni siquiera el “shyamalan twist”, un giro argumental sorpresa que llega en los minutos finales y convierte a Un momento de amor en una especie de thriller paranoico, hace que esta producción insípida pueda merecer mi recomendación.

Conclusión:
Por más que contemos con grandes actuaciones y una satisfactoria puesta en escena, la extensísima duración del relato y el guión gastado, más cercano a las películas melosas que pueden hallarse en el canal Europa Europa, hacen que Un momento de amor sea muy tediosa.

Melodrama puro, de esos que caen en todos los lugares comunes. Un relato romántico sobre la posibilidad de la felicidad que, lamentablemente, da el mensaje revolucionario equivocado.