Un lugar para el amor

Crítica de José Tripodero - A Sala Llena

Una de escritores

En la familia Borgens casi todos son escritores. El padre, William (Greg Kinnear, parecido a Tom Hanks aquí, no pregunten por qué), la hija mayor Samantha (una cínica Lily Collins) y el hijo menor Rusty (Nat Wolff). Estos tres personajes están relacionados con la literatura, casi de manera impostada en el caso de los hijos ya que arrastran la sombra de su padre, un escritor algo famoso y muy respetado en el ambiente. Samantha llega a su primera cena de Acción de Gracias, tras el primer año en la universidad, con una noticia: publicaran su primera novela. Rusty, quien se alegra a medias, termina por fastidiarse cuando escucha que la editorial que le va a editar el libro a su hermana es nada menos que la de su ídolo Stephen King. ¿Qué hay de las vidas personales? También un tema en común: las vicisitudes del amor, no por nada los cráneos locales le han puesto a esta película Un Lugar para el Amor, aunque el original -Stuck in Love- no es demasiado brillante tampoco...