Un lugar para el amor

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Retrato de familia

"Un escritor es la suma de sus experiencias" le dice el padre encarnado por Greg Kinnear a su hijo en esta bienvenida película independiente norteamericana que pone el acentro en los vínculos familiares.

Un aclamado escritor (Kinnear), Erica, su ex esposa (Jennifer Connelly) y sus hijos adolescentes Samantha (Lily Collins) y Rusty (Nat Wolf) experimentan las complejidades del amor en todas sus formas en un invierno en la playa. El film de Josh Boone explora las relaciones entre padres separados e hijos desorientados que también tienen su costado artístico. Samantha espera la publicación de su libro y Rusty escribe poemas de amor.

Un lugar para el amor (Stuck in love) acierta en la descripción de los personajes y los mezcla en un batido de emociones que rápidamente llegan al espectador: padres que se reprochan si son felices con sus actuales parejas, jóvenes en ebullición, la llegada del primer amor, la competencia, los celos y los excesos. Todo aparece bien contado y plasmado por el joven realizador en tiempos navideños.

En definitiva, la película tiene que ver con las nuevas oportunidades amorosas que buscan adultos y jóvenes, padres e hijos, y la escritura y la lectura aparecen como corazón del relato. "Es el libro más grande que vi en mi vida" dice la nueva novia de Rusty en referencia a It! de Stephen King.

En el elenco se lucen los siempre ajustados Kinnear y Connelly y sorprenden tanto Lily Collins (la actriz de Espejito Espejito) y Logan Lerman (Percy Jackson) en el rol de su novio. Papeles complejos que atraviesan pérdidas.