Un lugar en silencio

Crítica de Santiago Armas - Cinemarama

Silencio, película

Cada año, el terror, aunque no carezca de las fórmulas y lugares comunes propios de todo género, logra reinventarse y sorprendernos con algo totalmente original y atrapante. El año pasado fue la opera prima de Jordan Peele ¡Huye!, que gracias a su políticamente cargado comentario social disfrazado dentro del esquema del thriller le inyectó una buena dosis de vida al género. Este año se puede decir lo mismo de Un lugar en silencio, el debut como realizador del actor John Krasinski, también protagonista, junto a su esposa en la vida real Emily Blunt.

Entendiendo que en el terror, más allá de la historia, la ejecución lo es todo, Krasinski se vale de un punto de partida sencillo, pero que resulta una proeza en su armado narrativo: los protagonistas, un matrimonio y sus tres hijos, viven en un futuro distópico donde la humanidad fue arrasada por una invasión alienígena y no deben hacer ningún sonido si es que no quieren ser cazados por unas horribles criaturas sin ojos pero con un oído superdesarrollado capaces de sentir hasta la caída de un alfiler. Con ese escenario (los pocos detalles que exponen cómo fue que el mundo llegó a ese punto apenas están esbozados en diarios tirados en la calle y en recortes de revistas), Krasinski se vale de todo tipo de recursos visuales y auditivos para generar una experiencia insoportable en el mejor sentido, reduciendo el sonido al máximo y dejando que los elementos que se ven en pantalla sean los que transmitan la impaciencia. En este universo en el que el silencio reina y gritar puede significar una muerte instantánea, un clavo oxidado en una escalera o una lata que se cae de un estante llegan a ser elementos terroríficos. Y como todo buen director de género que sabe que la complicidad con su público es esencial, Krasinski logra hacer partícipe como nunca antes a los espectadores de la incomodidad del relato, ya que la total falta de sonido en muchos pasajes del film obliga a callarse completamente en la sala. En la lucha por la supervivencia, para los personajes, la hija mayor (interpretada en forma increíble por una actriz sordomuda) será clave para vencer a esos temibles depredadores. Cuando ya no se escucha en la sala de cine el ruido incesante de la gente comiendo pochoclo, charlando o atendiendo su celular, significa que Un lugar en silencio cumplió su objetivo con creces.