Un importante preestreno

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Cómo se eludía la vieja censura

"Hoy daremos un importante preestreno", era la contraseña que los directivos del Cine Club Núcleo transmitían a sus socios, cada vez que se daba una película prohibida. No decían el título, para no levantar la perdiz. Algo similar pasaba en el concurridísimo microcine de la Asociación de Cronistas (esto no figura en el documental que ahora vemos, pero merece recordarse). En ambos casos, la proyección se daba con anuencia del propio director del Ente Nacional de Calificación Cinematográfica, vulgo censura, el inefable Miguel Paulino Tato. "A diferencia de la gente común, los críticos y cineclubistas son gente preparada", se justificaba.

Este documental registra esa y otras anécdotas de la trastienda del cine, siempre girando alrededor de la censura y la forma en que distribuidores y publicistas se dieron maña para convivir con ella, desde la época en que "Lavalle era Lavalle", como dice un exhibidor, es decir, cuando "la calle de los cines" desbordaba de gente, hasta el final de los 80, cuando empezó a apagarse. Muy bueno el comienzo, con la voz que va enumerando los cines mientras la imagen muestra el destino actual de esos grandes locales.

Muy buena también la selección de veteranas y venerables personalidades del negocio, como Rabeno Saragusti, pocas veces entrevistado, Bernardo Zupnik, Norberto Feldman y Cacho Ortiz, Luis Lavalle, Pascual Condito, a los que se suman Axel Kuschevatsky, Fernando Peña, el recordado Fabio Manes y otros. Entre todos repasan diversas épocas y curiosas costumbres, como las ridículas tiras negras tapando parte del cuerpo femenino en los anuncios, y la creatividad para los títulos. Por ejemplo, el antológico "Déjala morir adentro" que llevó multitudes a las salas. Ése lo inventó Claudio María Domínguez, quien después, hábilmente, supo desarmar la amenaza de prohibición explicando a las autoridades que el título se refería a dejar "morir la ilusión dentro de tu mente". Cualquier otra interpretación corría por cuenta de los malpensados. Lástima, el uso de montaje alternado que corta los chistes, y la dispersión al querer abarcar también la historia del VHS y otros asuntos.