Un hombre serio

Crítica de Martín Morales - Cine y Movies

¿QUE GARANTÍAS NOS OTORGA LA FE?

Los hermanos Cohen se caracterizan por dirigir y llevar adelante historias poco comunes, difícil pero muy profundas y en esta oportunidad estamos frente la mejor obra cinematográfica de su filmografía. Una historia sobre el control social, las matemáticas y el caos.
Teniendo como fuente una base ya armada y sin entrar en largas introducciones sobre los personajes, la historia se centra en la vida de un hombre judío, que poco a poco se va convirtiendo en víctima de sus propios errores y descuidos y que va a tratar de solucionarlos invocando a su profesión y a la religión.
El film comienza con una fantástica escena introductoria que es el eje fundamental de la cinta. Si no se entiende el mensaje que se deja en esas pocas tomas es casi imposible lograr entender el sentido de los cien minutos restantes de proyección. Una metáfora sobre la vida maravillosa. Luego de esto la narración se centra en desarrollar cada uno de los aspectos de la vida de Lawrence y como minuto a minuto cada situación que se le presenta se va sumando a las desgracias que ya tiene. Su hermano se mete en problemas con la policía, tiene un alumno que lo amenaza, una esposa que quiere un divorcio religioso para así juntarse con un viejo amigo, ese amigo lo controla como si fuese un niño, dos hijos problemáticos y muchas cosas más que van apareciendo.
Para poder llevar adelante su vida Lawrence decide invocar a la religión y separando cada segmento de la película con el nombre del Rabino al que va a ver, empieza a descubrir un mensaje que no solo le cuesta deducir sino que va dirigido indirectamente al espectador. “Acepta el misterio” es una de las tantas e interesantes frases que el guión desarrolla. Los Cohen aquí no se burlan de la religión ni muestran maldades sin sentido alguno, ellos plantean su opinión sobre la religión y aunque sean certeras o no, hacen pensar y reflexionar sobre la vida que llevamos.
“Aceptar cada situación con sencillez”, es el centro de la historia, una de las malas consecuencias de ser religioso y la frase que forma una contraposición entre el desarrollo de la familia Gopnik y la esposa desconfiada al principio del relato. Para llevar adelante dichas cuestiones, los directores invocaron a diferentes metáforas e historias cortas que fundamentan dichos sentidos. Es así como la historia del dentista, el caos final, los sueños y hasta el incógnito que se presenta con el Dybukk, se transforman en los verdaderos protagonistas de la historia.
El trabajo realizado por Michael Stuhlbarg en el papel protagónico es cautivante y está muy bien logrado. Cada una de las expresiones que van caracterizando su personaje minuto a minuto se van intensificando y cobrando un sentido humorístico excelente. A su vez, cada uno de los roles secundarios están muy bien actuados, son los casos de Richard Kind (el tío), Fred Melamed (Sy) y Sari Lennick (la esposa).
Por el lado técnico el film presenta una edición muy buena, mezclando, principalmente en los primeros minutos, las diferentes escenas que forman parte de la vida de cada uno de los integrantes de la familia; los ángulos de las cámaras son muy originales; el humor, negro y satírico, característico de toda producción Cohen; y por supuesto la dirección muy arriesgada pero satisfactoria.
“Un Hombre Serio” es un film muy complicado, difícil de entender, uno de los tantos ejemplos de los que no hay que quedarse con la cronología de los hechos sino que hay que buscarle el sentido detrás de cada situación y frase que se presenta. Los hermanos Cohen son muy originales y en esta oportunidad lo demostraron arduamente. Para ver, entender, reflexionar y observar con detenimiento. Cine de calidad.

UNA ESCENA A DESTACAR: la historia del dentista y el análisis posterior