Un hombre llamado Ove

Crítica de Carlos Manuel Horazzi - Citricón

La adaptación cinematográfica de la primer novela de Fredrik Backman, nos trae la historia de Ove, un hombre mayor, ermitaño, que ya solo y en el ocaso de su vida, básicamente rindiéndose a la idea de esperar la muerte sin otro fin, conoce a una pareja Interracial por accidente, y de a poco, se da cuenta que todavía tiene algo que disfrutar en este mundo.

Esta película esta dentro del genero de “El Abuelo que salto por la ventana y voló”, y tantas otras historias donde de alguna manera, se critica el tratamiento que tenemos hacia las personas de tercera edad. Una historia que de a poco nos muestra que ese hombre ermitaño, que alejaba a la gente, que los maltrataba de alguna manera, lo esta usando como un mecanismo de defensa para combatir la soledad.

La cinta nos lleva de a poco a meternos en la vida de Ove (Rolf Lassgard) y de sus vecinos, Parvaneh (Bahar Pars) y Patrik (Tobias Almbord). Y al adentrarnos a sus vidas, vamos descubriendo lo que hay debajo de la primera impresión, y vemos desarrollar sus personalidades, haciéndolos de a poco más tridimensionales, y de esa manera, quererlos a pesar de sus falencias.

Extraordinariamente actuada, con los climas precisos y una dirección que no invade, ni distrae permitiéndonos sentir que estamos espiando la vida de nuestros personajes, es una gran opción para los amantes de las historias simples, humanas, y sobre todo… universales.