Un día gris, un día azul, igual al mar

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

El amor es más fuerte

Otro buen documental que se estrena en silencio, y van…. Dirigido por las hermanas Melina y Luciana Terribili, Un día gris, un día azul, igual al mar sienta las bases de su relato sobre la relación entre dos chicas de los suburbios de la ciudad española de Granada, ciudad que es casi siempre grisácea, con un ambiente lóbrego soviético generalizado. Allí planean la vida en pareja, más allá de un entorno poco favorable para ambas, ya que no sólo el trabajo escasea (una está en una escuela de oficios) sino que también los padres de una de ellas atraviesan una serie de problemas de salud que requieren de su asistencia.

A partir de esa anécdota, las Terribili construyen un documental de observación formalmente puro y duro, pero emocionalmente cercano a sus protagonistas, acompañándolas en todos y cada uno de sus avatares diarios con una cámara siempre respetuosa y a la distancia justa para aprehender la intimidad sin invadirlas. Así, ella se acercará hasta casi pegarse a sus rostros para oírlas -y sentirlas- hablar sobre las expectativas de un futuro cercano en común, al tiempo que no perderá detalles de sus pequeños gestos y expresiones.

Riguroso en su forma, emotivo y sincero en su núcleo humanista, Un día gris, un día azul, igual al mar llegará a una cartelera abarrotada de producciones nacionales sin que nadie se dé cuenta. Es una lástima, porque el resultado final ameritaría bastante más atención.