Un cuento de verano

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Brillante, lozana y mágica fábula sobre el despertar de la vida

Esta realización puede y debe ser tomado como una brillante y lozana fábula sobre la infancia, mágica y cándida, una película sobre la sugestión en el despertar de la vida, donde empezamos a aprender que no todo es color de rosa. Se trata de una comedia en parte costumbrista, en parte dramática, pero inundada de compasivos sentimientos.

Construida, escrita y narrada con ternura, mucho humor, por momentos desde un realismo cotidiano, y otros desde el realismo mágico, versa sobre los sueños y la esperanza de verlos cumplidos en la realidad, donde el azar podría ser una variable importante pero no de libre albedrío.

Este segundo largometraje del joven y perspicaz director polaco Andrzej Jakimovski, se ha difundido con mucho éxito en más de 20 países, y fue merecedora de múltiples premios internacionales, incluyendo la Linterna Mágica en el Festival de Venecia, y mejor película nacional en Polonia.. Fue la producción que represento a su país en los nominación de los premios Oscar en la edición de 2009.

Todo transcurre en una pequeña y rutinaria ciudad, donde Stefek, un niño de alrededor de 8 años, juega con las palomas, con sus soldaditos de plomo, y tiene en su imaginación a su mejor amigo.

La obra comienza con una dedicatoria, “A mi hermana, que seguramente quería ponerme encima del placard..” Él controla todos los movimientos de su hermana unos 10 años mayor, Elka, principalmente aquellos concernientes al noviazgo y el amor.

También tiene un deseo oculto: hacer que su padre vuelva a casa, para ello debe provocar al azar, allanar el camino del reencuentro.

Personajes muy bien construidos de tintes costumbristas, relato con inversiones imprevistas, hacen de este una exquisita obra cinematográfica.