Un cuento de verano

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Este singular film polaco elaborado por un interesante y nuevo director de ese país, ofrece un cálido retrato, cargado de pequeños significados que se van engrandeciendo, de la infancia en un pequeño pueblo. Su título original, traducido al inglés como Tricks (Travesuras), se ajusta más al espíritu del film que la versión en español, aún así sugerente. Porque de una cadena de juegos y enredos provocados por un niño inquieto surgirán varias y presuntas revelaciones, o al menos una serie de alternativas que modificarán la vida apacible y desmotivada de un grupo de personajes pueblerinos. El pequeño Stefek conoce tan pormenorizadamente los movimientos y cadencias que se producen en las calles y rincones de su localidad, que es capaz de urdir cambios sutiles, sucesos casi imperceptibles pero perfectos para ser usados en su beneficio. Una suerte de manipulación del destino en pequeña escala, en el que la búsqueda de un pretendido padre abandónico se convierte en un eje sustancial. El film se apoya en una estructura dramática serena y llevadera que acaso evoca al neorrealismo italiano, a través de sus toques de ternura, candor y esperanza. El encantador Damian Ul encabeza un elenco versátil que compone una verdadera galería de tipos humanos.