Un buen día

Crítica de Orlando Verna - La Capital

Un clarísimo ejemplo de desperdicios varios.

“Un buen día” es un clarísimo ejemplo de desperdicios varios. El más doloroso es el de tiempo, de quienes realizaron la película y de quienes se sienten a verla. Le sigue el de recursos y continúa el de esfuerzos (intelectuales y materiales). Manuel y Fabiana son dos emigrados argentinos que cruzan sus vidas en Long Beach, California, Estados Unidos. Interesados uno en el otro, despliegan sus plumas para seducirse no sin algunos cortocircuitos. Así la historia se resume a un flirteo de connotaciones adolescentes plagado de lugares comunes, personajes, voces y mitos de la cultura argentina impuestos a un guión anodino, esperable y falto de creatividad. Pero falta lo peor: las pésimas actuaciones de los protagonistas, un problema insalvable cuando no existe un reparto que los secunde. Así a Silveyra le sobran poesías de escuela y a Solá no le alcanza con ser la novia de un gran actor como Al Pacino.