Un amor inseparable

Crítica de Marianela Santillán - Proyector Fantasma

Un amor inseparable (horrendo título local para el film originalmente nombrado The Big Sick) nos presenta a Kumail (Kumail Nanjiani), un joven paquistaní que pasas sus días haciendo stand up – intentando ser “descubierto” por algún agente- y siendo conductor de Uber. En su momento de más trabajo conoce a Emily (la siempre genial Zoe Kazan), una joven que quiere ser psicoterapeuta, quien también tiene muchas obligaciones y compromisos, por lo que ambos acuerdan, luego de un primer encuentro amoroso, no volver a verse porque ninguno de los dos está interesado en tener una relación formal, ni tienen tiempo para ello.

Sin embargo, un poco espontáneamente y un poco por la causalidad que ambos van generando, los reencuentros se producen con cada vez mayor frecuencia, y rápidamente la atracción pasa a ser algo más. Pero no todo será color e rosas ya que Kumail le oculta esta relación a sus muy ortodoxos padres musulmanes, que desean arreglarse su matrimonio con una joven que siga las mismas tradiciones, hecho que Emily descubre y desarma todo el vínculo. Luego, un giro en la historia llevará a este paquistaní a conocer y entablar una relación con los padres de Emily, a la vez que comienza a cuestionar su deseo y su mandato familiar. A todo esto cabe mencionar que el film está basado en la vida real de Kumail Nanjiani, quien además escribió el guión junto a Emily Gordon, su esposa actual.

Un amor inseparable es una comedia que si bien inicialmente cae en muchos lugares comunes, se destaca por su frescura, su humor negro y porque en la segunda hora de film, la trama gira completamente al punto de correr de eje a uno de los protagonistas iniciales, resultando en una trama aún más encantadora e imperdible de ver.