Un amor imposible

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Catherine Corsini siempre abordó la identidad y la sexualidad femeninas con miradas cuestionadoras y provocadoras. Aquí, a partir de la novela publicada en 2015 por Christine Angot (la misma autora en la que Claire Denis se basó para Un bello sol interior), describe las experiencias de Rachel (la belga Virginie Efira, actriz de moda en el cine francés), una bella oficinista de origen judío y escasos recursos económicos en el pueblo de Châteauroux a finales de la década de 1950. Con 26 años, ya muchos la consideran (y ella misma se considera) una solterona, pero la aparición de Philippe (Niels Schneider), un joven seductor, impulsivo, arrogante, culto y decididamente manipulador, cambiará para siempre su vida.

Tras una relación en principio pasional (las escenas de sexo son múltiples e intensas), él decide regresar a París y al poco tiempo ella se da cuenta de que ha quedado embarazada. Tarda bastante en decírselo, pero -cuando Philippe finalmente conoce a su hija Chantal- la termina rechazando para luego incluso formar otra familia.

Esta épica feminista expone los fuertes condicionamientos sociales, pero también la dignidad y la fuerza de una madre por conseguir que el padre reconozca y le dé su apellido a la niña (luego adolescente y finalmente adulta, interpretada por Estelle Lescure primero y por Jehnny Beth después). El padre la verá de forma intermitente, pero tras cada encuentro Chantal queda destruida emocionalmente. Los secretos y mentiras se descubrirán en una segunda mitad por demás inquietante y con ciertos momentos conmovedores.

La película tiene algunos problemas en el verosímil sobre todo al principio (Efira tiene 42 años y su personaje, quedó dicho, 26), pero luego sí -maquillaje mediante- interpretará a la torturada Rachel hasta la madurez y su primera vejez. Lo mejor del film -que se extiende un poco más de lo deseado en sus 135 minutos- tiene que ver con las actuaciones, el uso de la voz en off (que no es de la protagonista sino que maneja el punto de vista de su hija) y, sobre todo, con la profundidad psicológica que consigue en esta incursión en los sueños, deseos, contradicciones, humillaciones, miserias, culpas, frustraciones, resentimientos y reivindicaciones a la hora de diseccionar lo más profundo e intrincado de la intimidad femenina.