Un amigo abominable

Crítica de Alina Spicoli - Cinergia

Hay un amigo en mí

Un amigo abominable (Abominable, 2019) es una película animada de aventuras dirigida por Jill Culton y Todd Wilderman. Escrita por Culton, la nueva producción de DreamWorks cuenta con las voces originales de Chloe Bennet, Joseph Izzo, Tenzing Norgay Trainor, Albert Tsai, Sarah Paulson, Eddie Izzard, Michelle Wong, Tsai Chin, entre otros. Originalmente titulada Everest y estando en desarrollo desde el año 2010 dentro del estudio de animación, la película tuvo su premiere mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto.

La historia gira en torno a Yi (Chloe Bennet), una adolescente que vive con su madre y abuela en la gran ciudad de Shanghai, China. Debido al reciente fallecimiento de su padre, Yi prefiere estar fuera de casa y mantener su mente ocupada paseando perros, cuidando niños o sacando la basura en restaurantes. Cuando la joven descubra a un enorme yeti blanco en la azotea de su hogar, el cual se escapó de un laboratorio y está siendo buscado por todos lados, la humana se pondrá como objetivo acompañar a la criatura al lugar donde pertenece y habita su respectiva familia: la cima del monte Everest. Junto a sus vecinos Jin (Tenzing Norgay Trainor) y Peng (Albert Tsai), Yi emprenderá un arriesgado viaje marcado por la magia, la amistad y el redescubrimiento interior.

Luego de El hijo de Piegrande (The son of Bigfoot, 2017), Pie pequeño (Smallfoot, 2018) y la reciente producción de Laika Sr. Link (Missing Link, 2019), que continúa en cartelera, llega otra película infantil con temática sobre yetis. Aunque desde las imágenes promocionales y desde la trama la película pueda parecer muy trillada, por suerte Un amigo abominable tiene los suficientes elementos para destacarse y ser disfrutada tanto por chicos como por grandes.

Dirigido por una mujer, lo cual no es tan común en la animación, el film resulta una bocanada de aire fresco por su ambientación, sus personajes y la decisión de arriesgarse a contar una historia que no busca únicamente entretener. A nivel visual se puede notar el homenaje hacia la cultura china, que va desde los alimentos típicos de allí tales como los dumplings hasta el diseño de Shanghai, una zona urbana llena de edificios luminosos. Aparte, la película cuenta con paisajes asiáticos bellísimos que incluyen prados llenos de flores, ríos y montañas nevadas.

En cuanto a la protagonista, Yi se hace querer desde el inicio gracias a que la directora y guionista se preocupó en darle un trasfondo con el que es muy fácil sentirse identificado. A la adolescente le cuesta expresar sus sentimientos a sus seres queridos, ella está en un proceso de duelo en donde conocer a Everest (nombre que le da al yeti) termina salvándola. A través de una armoniosa música de violín que logra hacer sentir bien tanto a la joven como al espectador, se nota que la cinta fue un proyecto muy personal de la directora, la cual puso mucho de su corazón para que esta historia llegara a la pantalla grande.

Por otro lado, el peludo compañero de Yi es todo lo contrario al adjetivo con el que se lo describe en el título del film. Con un diseño cuidado al máximo detalle ya sea desde su pelaje, la forma de sus dientes sobresalidos, los grandes ojos celestes y los orificios de la nariz, Everest es tan tierno, adorable y bonito que también dan ganas de tenerlo como amigo. Además, el yeti tiene una capacidad tan extraordinaria como mágica: él puede manipular para bien a la naturaleza (por ejemplo, puede hacer que crezcan muchos frutos o flores). Esta conexión única le da a la película la cuota original y fantasiosa que le faltaba para escapar de los clichés.

Linda tanto visualmente como desde su contenido, Un amigo abominable se convierte en una opción espléndida para ser disfrutada por toda la familia ya que tiene la combinación perfecta de aventura, drama y comedia. Con personajes entrañables, la película de Jill Culton cuenta con un desenlace hermoso que da cierre a una trama caracterizada por las buenas moralejas.