Último viaje a Las Vegas

Crítica de Ramiro Ortiz - La Voz del Interior

Un pleno a la buena vida

Y sí. La prolongación de la expectativa de vida llegó a Hollywood. El cine comercial yanqui también tomó nota del llamado "público adulto mayor" y cada vez filma más con ellos y para ellos. Último viaje a Las Vegas es otro jalón más en ese camino de retratar sus vivencias e intereses y que en los últimos años marcaron películas de todas partes y para todos los gustos como Chicas de calendario, Las chicas de la lencería, Red, ¿Y si vivimos todos juntos?, El excéntrico hotel Marigold, entre otras.

¿Qué la hace diferente? Para empezar, que tiene a cuatro cartas matadoras en su baraja. Michael Douglas, Robert De Niro, Morgan Freeman y Kevin Kline son en sí mismos un atractivo tan grande como la ciudad norteamericana de la diversión por antonomasia que es Las Vegas y, al mismo tiempo, una gran puerta de acceso que la industria utiliza para entrar en estos temas.

El guion del filme captura la atención y está lleno de buenos remates, así como de situaciones desopilantes y muchas extravagancias de las que se asocian con el "paraíso del juego", los casinos, hoteles y locales nocturnos donde transcurre la acción.

Todo comienza cuando Billy (Douglas) llama a Paddy (De Niro), Archie (Freeman) y Sam (Klein) para decirles que piensa abandonar la soltería en su séptima década de vida, "contra" una chica de 32 años. Para qué. Los muchachos, aunque han hecho cada uno su vida, han estado unidos desde su infancia por más de 50 años como mejores amigos. Y ese vínculo merece celebrar la tan mentada despedida de soltero que nunca le hicieron a Billy.

Pero cuidado. No todo es banal es esta película.

Paddy, es un poco matón, y acaba de enviudar. Archie, se recuperó de un ataque y sus familiares lo tienen entre algodones. Y Sam, está atravesando una crisis con su amada esposa de tantos años. Todo eso meten los muchachos en las valijas hacia su nueva fiesta especial.

El cuento es dinámico, los personajes siguen creciendo, como grupo y cada uno por su lado, por lo que la historia estira varias ramas desde el mismo tronco, sin perder su coherencia, elegancia, el buen humor y el suspenso, porque hasta que expiren los últimos minutos no se sabe bien cómo van a terminar cada uno de ellos.

Buen trabajo del guionista Dan Fogelman, quien curiosamente acredita en su haber algunas excelentes historias para niños, como son Cars; Bolt, un perro fuera de serie y Enredados. Buena performance también del director John Turteltaub, conocido por Mientras dormías, Fenómeno o El aprendiz de brujas, entre otras.