Último viaje a Las Vegas

Crítica de Bernabé Quiroga - CiNerd

VIEJAS LOCAS

Aunque suele sorprendernos con novedosos estrenos, hay que admitir que Hollywood está envejeciendo. A veces se le olvidan cosas, como que ya contó una misma historia mil veces. Otras, necesita la ayuda de los demás para hacer algo que antes le resultaba muy fácil. Por ejemplo, una buena comedia. En vez de pensar, filmar y estrenar algo con lo que no nos hayamos reído antes (Cof cof EL LOBO DE WALL STREET cof cof), Hollywood decidió colgarse de varias de las modas de hoy en día para darle forma a ÚLTIMO VIAJE A LAS VEGAS (LAST VEGAS, 2013), una película innegablemente divertida, pero que decide quedarse en lo cursi y lo cliché para volverse olvidable.

En este nuevo film del director Jon Turteltaub (LA LEYENDA DEL TESORO PERDIDO), varias tendencias actuales se entrelazan en un guión que se escribió prácticamente solo: Alocadas despedidas de solteros (¿QUÉ PASÓ AYER?, DAMAS EN GUERRA, DESPEDIDA DE SOLTERA) + Los abuelos aun se la bancan (TRES TIPOS DUROS, RED, PLAN DE ESCAPE, la próxima a estrenarse GRUDGE MATCH) + Eventos cinematográficos con elencos enormes (LOS VENGADORES, X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO, THE EXPENDABLES, ESTE ES EL FIN). Así tenemos una despedida de solteros en la Ciudad que Nunca Duerme, protagonizada por cuatro veteranos interpretados por las leyendas Robert De Niro, Michael Douglas, Morgan Freeman y Kevin Kline, quienes nos hacen creer que estamos viendo una verdadera reunión de verdaderos amigos de la infancia. Además de mostrarnos que siguen manejando el drama sin problemas, fue una placentera sorpresa descubrir la enorme cantidad de química que comparten y contemplar a estos cuatro oscarizados en situaciones que implican resacas, boliches, petes y concursos de bikini. Aun así el libreto les queda chico a estos grandes. Los conflictos personales de cada uno (incluyendo el de DeNiro y Douglas que más peso tiene en el film) son pequeños y se resuelven fácilmente, lo que obliga a la historia a ser rellenada con escenas cómicas inconexas que hacen poco y nada por el desarrollo dramático. Y dejando de lado a la encantadora Mary Steenburgen (Diana), todos los secundarios que interactúan con el cuarteto son insoportables.

Pero volveré a los conflictos de los personajes porque es ahí donde radica el problema de ÚLTIMO VIAJE A LAS VEGAS. No está mal querer contar historias románticas, moralistas y con lecciones de vida y amistad. Pero, ¿había que hacerlo en el mismo lugar en el que, hace unos años, tres amigos resacosos, un bebé abandonado y un tigre compartían habitación? Turteltaub amaga con darnos situaciones zarpadas o delirantes (hay un cameo de 50 Cent que no le llega ni a los talones al de Mike Tyson), pero termina optando por un camino más predecible, inocente, sentimental y medianamente desubicado, hasta llegar a un final sin sorpresas y con muchos “Awww, que tiernos los viejitos”. Pero, a pesar de todo, el film nunca deja entretener. Sí, puede ser que los chistes de abuelos y sus roces con la actualidad terminen gastándose, pero la química y el humor entre sus protagonistas sigue y sigue (¡Kline y Freeman se roban el show!). No habrá tetas o drogas en este viaje, pero sí un film simple, honesto, nostálgico, con gran corazón y que muestra que los sexagenarios aun saben divertirse. Ah, ¿querías tetas y drogas como yo? Tal vez somos demasiado jóvenes y “fiesteros” como para disfrutarlo. Bueno, Hollywood no siempre nos entiende. Ya está viejo. Y al igual que los abuelos, lo queremos… pero a veces dan ganas de mandarlo a un asilo.