Ulises, un alma desbordada

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Pequeño caballero

Ulises Dumont fue un actor emblemático del cine argentino, pero también un notable intérprete de teatro, al que la TV no dejó de lado. Un verdadero artista, en suma, que a través de su talento, sensibilidad y carisma, conformó una personalidad única que transitó por escenarios y sets sin dejar indiferente a nadie. Él sabía cómo llamar la atención, por eso el film de “Eddie” Calcagno se refiere fundamentalmente al hombre, al personaje, al pequeño caballero; gracioso, irónico, inestable, impredecible, amigable y afectuoso, que fue Dumont en vida. Un artista reconocido y requerido, sí, pero también un hombre común, alejado de marketings, fastuosidades y jactancias habituales del oficio.

Con esa óptica precisa, Calcagno, que lo conoció a fondo y con quien compartió diversos rodajes (Los enemigos, El censor, Yepeto), va diseñando una pieza sencilla, emotiva y reveladora, acerca de una figura muy conocida por quienes transitamos el medio, pero prácticamente extraña para el resto. Acierta rescatando imágenes suyas representativas y sobre todo al recopilar enfáticos y divertidos testimonios de sus principales afectos, entre los que habría de destacar a su hijo, también actor, Enrique, Norman Briski, Mauricio Kartun, Emilio Disi, Esther Goris y Carlos Gorostiza, entre otros. Ulises, un alma desbordada es un Ulises Dumont en cuerpo y alma, lo que es más que suficiente y reconfortante.