Tuya

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

En Argentina no abundan los autores de best sellers (expresión que de por sí suele ser peyorativa, ya que cae sobre autores que venden mucho, aún cuando sus textos son de gran nivel y no recurren a fórmulas). Una de las escritoras más representativas de los últimos años es Claudia Piñeiro. Desde su novela Las Viudas de los Jueves, no deja de cautivar a un gran número de lectores. En sus historias, Piñeiro presenta el costado más putrefacto de las clases más acomodadas (sobre todo, las que habitan en countries), siempre en el marco de tramas policiales. El cine no ignoró demasiado tiempo la repercusión de su trabajo, y ya hubo dos adaptaciones: la película de Las Viudas de los Jueves, dirigida por Marcelo Piñeyro, y Betibú, con Mercedes Morán y Daniel Fanego. Ahora es el turno de Tuya.

Inés (Andrea Pietra) descubre que Ernesto (Jorge Marrale), su marido, le es infiel. La prueba, una carta de amor donde sobresale la palabra “Tuya”. Dispuesta a descubrir la verdad, decide seguirlo una noche hasta un parque. Enseguida lo espía discutiendo con Alicia (Ana Celentano), la secretaria. Discusión en la que, accidentalmente, Ernesto provoca la muerte de su amante. Al principio, Inés simula no haber estado nunca allí, pero pronto le revelará a su esposo que sabe lo ocurrido. Sin embargo, lejos de denunciarlo, se dedicará a encubrir mejor el crimen y mantener el status de familia modelo y respetada… que de por sí no lo es tanto, ya que Lali (Malena Sánchez), la hija adolescente del matrimonio, quedó embarazada y no se atreve a contarle la verdad a sus padres. Una maraña de mentiras y ocultamientos bien cuidados, hasta la aparición de Charo (Juana Viale), hermana de Alicia.

Aunque en un comienzo parece un drama policial sin demasiados matices, de a poco se revela como una comedia negra y una crítica social marca registrada de Piñeiro, donde preservar la imagen y esconder los problemas parecen ser la norma. Conserva el lenguaje de thriller, pero, al igual que en Las Viudas de los Jueves, nunca se pone en el punto de vista de policías o periodistas sino que se centra en las acciones de esta familia no demasiado ejemplar. El director Edgardo González Amer le imprime ritmo a la historia, pero no logra disimular situaciones forzadas o fuera de tono. Para empezar, la manera en que Lali -el personaje más humano- se las arregla para que no noten su creciente panza resulta poco creíble. Por otra parte, el híbrido noir-sátira queda desprolijo, como si hubiera una indecisión constante entre ambos elementos.

Andrea Pietra es quien carga con el mayor peso de la película y apenas sale airosa. Sus frases son de lo mejor del film y parte fundamental de lo que debió haber sido la esencia definitiva del largometraje. Jorge Marrale adiciona a su carrera otro personaje atormentado, con oscuros secretos, lo que siempre suma en el producto donde participe. La ascendente Malena Sánchez podría haber estado mejor aprovechada, lo mismo que Ana Celentano. Juana Viale, sin ser una gran actriz, aporta una presencia intrigante, adecuada para su rol.

Con un estilo que pretende acercarse al de los hermanos Coen, Tuya es la menos lograda de las versiones cinematográficas de la obra de Claudia Piñeiro. Así y todo, es indispensable para los fanáticos más acérrimos. Queda esperar que los próximos films sobre material de la autora sean del nivel de Betibú, incluso mejores.