Turbo

Crítica de Flor Salto - Loco x el Cine

¡Acelérele chofer! ¡Acelérele chofer! Que nos viene persig… ¿Un caracol?

Es difícil calificar a una película animada cuando es linda sólo para los niños. Me refiero a que desde el día cero, estamos acostumbrados a ver films de este género que se combinan con escenas y diálogos que sólo entendemos los adultos. A los peques les alcanza con ver muñequitos coloridos que se mueven ‘payasescamente’, y por eso quienes los acompañamos (bue, está bien, no siempre; sólo lo digo para quedar bien), necesitamos algo más. El caso de Turbo (2013), la nueva apuesta de Dreamworks apunta más al público infantil, lo cual en esta época vacacional nos viene como anillo al dedo. Pero si la comparamos con otras producciones mucho más elaboradas y divertidas… Pasará un tanto inadvertida.

Theo es un simple caracol de jardín harto de la rutina y dispuesto a llevar a cabo su sueño: correr como los automóviles. Sin embargo, le hace falta un pequeño detalle llamado velocidad, objeto de burla de sus compañeros de planta (literalmente; ahí es donde trabajan). Y mientras la mayoría come tomates en el almuerzo y vive una vida lo menos arriesgada posible, Theo se manda una macana en la cual quedará babosamente pegado su hermano mayor. Juntos abandonarán ese dulce jardín de barrio e irán a parar a un puesto de tacos en las afueras de la ciudad, al costado de la ruta. Es que el caracol que antes se paseaba a 15 centímetros cada 15 minutos, se ha convertido accidentalmente y por azar del destino en un vehículo tan veloz como los de Rápido y Furioso.

Imaginen la revolución que arma este molusco de ciudad; tal es así que conseguirá ser inscripto en el famoso certamen de las 500 millas de Indianápolis y correr contra su ídolo de Fórmula 1.

Semejante delirio es tan sólo digno de una película animada, y eso tiene que ver con la moraleja (nunca antes vista) de la historia: Ningún sueño es imposible.

La estética de la animación en Turbo no es lo mejor, ídem el desarrollo de los personajes. Por supuesto queno faltan los estereotipos, ni fallan las deliberadas publicidades de marcas internacionales. El mayor logro en cuanto a gags se hace repitiendo una y otra vez un mismo chiste o momento incómodo que el espectador disfruta mucho,pero sólo la primera o segunda vez. Entonces, ya escuchaste mis advertencias: es una película más bien familiera. Si sos de los que disfrutan únicamente del humor inteligente que tienen otros films anteriores como Shrek o Madagascar, forget it.

Lo que me gusta de este tipo de aventuras es el repaso que se hace sobre algunas cuestiones. En Turbo, el ejemplo sería ‘las amenazas’; todo aquello que lleva escrito el nombre del peligro para estos bichitos que llevan su casita a cuestas. La sal, las cortadoras de césped, los cuervos… Y la peor de todas: El niño en el triciclo. Sin embargo, los clichés están a la orden del día.

Como siempre, verla en idioma original supone un aditivo importante, debido a la gran presencia de voces conocidas. En este caso tenemos la participación de Ryan Reynolds, Paul Giamatti, Michael Peña, Samuel L. Jackson, Snoop Dog, Maya Rudolph, Ben Schwartz, Richard Jenkins y Michelle Rodriguez, entre otros.

Con esta película, llegué a la conclusión de que los sueños alcanzan más revoluciones por minuto que Theo transformado en turbo, cargado con nitro y acelerando al ritmo de la Ferrari de Schumi.

¡Dale! Corré a tu taller amigo y entérate de cuántos caracoles de fuerza tiene tu auto.