Tully

Crítica de Federico Ignacio Bazán - Cuatro Bastardos

Tully: Como Charlize, digo… como mamá no hay ninguna.
La dupla Diablo Cody y Jason Reitman (Juno) vuelve a entregarnos una película auténtica, con humor y profundidad con respecto a una madre desesperada (Charlize Theron) y las mentiras que nos decimos a nosotros mismos.
La revelación del porqué del título de la película no llega hasta que estemos bien adentrados en el film. Pero, hasta que lleguemos a ese momento, apreciamos el rol de una madre que intenta controlar a su hijo Jonah con problemas mentales y a su hija Sarah. Todo esto mientras la mamá, llamada Marlo, lleva en su panza a su tercer hijo. Entonces su equilibrio mental se va desintegrando mediante los gritos y responsabilidades que resisten, mientras que su esposo Drew trabaja todo el día.
Quizá les parezca una situación que ya hemos visto en el cine, pero en este caso la película se enfoca en la madre con un humor negro excepcional, divirtiéndonos hasta en sus momentos más sufridos.
Además, la música alineada con las secuencias de montaje de ella llevando a los niños, o teniendo al bebé, o yendo de un lado al otro, es emocionante.
Al comienzo también conocemos a otros personajes como el hermano, Craig, que es mucho más exitoso que ella y que le recomienda que consiga una niñera para cuidar al hijo recién nacido. Primero, ella se niega, pero al sufrir más momentos agobiantes -que a veces hasta te sacan una sonrisa-, decide llamarla ya que el pasado empieza a tocar la puerta: una ex compañera de cuarto de su juventud, problemas en el colegio de sus hijos y el excesivo trabajo que tiene la hacen sucumbir. La niñera es joven, rara y tendrá una relación especial con Margo.
Vale destacar como es transmitida en la pantalla la desesperación que soporta la protagonista, desde la cámara, el guion y la actuación principal. Este trío lleno de talento trabaja muy bien. Como prueba, está Tully.
El director y la guionista componen una dupla que ya hemos visto en películas como Juno y Young Adult, donde también vimos a Charlize Theron, la tercera pieza clave de este grupo.
La guionista Diablo Cody sigue encontrando el humor en lo absurdo de manera excelente, habiendo una madurez desde aquel film mencionado, Juno del 2007, agregándole un giro narrativo lógico y notable.
La actuación de Charlize Theron, con su sarcasmo y sutiles gestos, encaja perfecto en el estilo de escritura que tiene Cody, además de mostrarnos un cambio rotundo en su físico, lejos de aquella rubia que golpea a todos en Atómica (2017). Cabe remarcar que ya hemos apreciado su capacidad en la actuación y cambios físicos como en Monster (2003) de Patty Jenkins que le hizo ganar un Oscar.
En Tully, ella tiene una relación especial con la niñera, interpretada por la espléndida Mackenzie Davis (Yorkie en San Junipero de Black Mirror), que desparrama buena energía, simpatía y belleza, existe una química impresionante entre ellas.
El director Jason Reitman es la otra parte de este tridente, y no perdió su aptitud para dirigir estos conflictos personales. Junto a Cody, ambos crecieron en sus trabajos desde Juno.
Aunque en la historia de Tully apreciamos algo de la anterior película de Reitman, Up In The Air (2009) que además de dirigirla la escribió. Lo relacionado es el tema de la adultez, los problemas del paso del tiempo y la edad que uno posee. Del desperdicio de momentos o de aprovechar lo que uno tiene.
La simpleza y a la vez complejidad del tema que toca, es presentado a nosotros de una manera atractiva y enternecedora, creando un film extraordinario.
Probablemente, falte desarrollo con respecto a los personajes secundarios, para entregarnos un film mucho más conmovedor y envolvente en ciertas escenas. Más allá de la vuelta de tuerca que puede ser algo sorprendente, esta comedia dramática presenta momentos entretenidos por doquier, representando lo que algunas madres tuvieron o tienen que sufrir. Al finalizar la película nos deja con ganas de llamar a nuestras mamás y decirles cuanto las queremos.