Regreso con gloria

Crítica de Lucía Matusevich - El Lado G

Bryan Cranston se juntó con el director Jay Roach para traer a la pantalla grande a Dalton Trumbo, uno de los grandes guionistas de Hollywood en los años 40’.

Regreso con gloria no es más que una biopic del montón. Busca retratar la vida de Dalton Trumbo, aquel guionista de Hollywood de los 40’-50’, tan famoso por sus escritos (fue el responsable de Espartaco, La princesa que quería vivir, entre otras), como por haber pertenecido a los Diez de Hollywood (fueron los trabajadores de la industria que se negaron a declarar ante el comité de Actividades Anti-Norteamericanas, por lo que tuvieron que pasar un tiempo en prisión y quedaron en las listas negras). Una vida ideal para hacerla película.

Es así como el nuevo film de Jay Roach mantiene una estructura típica del género que está tan de moda, la biopic: el comienzo del personaje, el esplendor de su carrera, el descenso y la “humillación”, y por último, el regreso con gloria, propiamente dicho. Ahí está el problema: no se arriesga ni por un segundo. No pasa nada inesperado, la película nunca explota, no hay tensión en el guión, del que estuvo a cargo John McNamara.

Pero la falta de emoción no es el único problema de Regreso con gloria. Para tratarse de una película con un trasfondo político muy intenso, su compromiso político es nulo. No hay explicaciones, no se pone en contexto nunca: pareciera que todo lo que pasa ocurre solo en la industria cinematográfica, y no en el país en general.

Aun así, sí hay algo que da gusto: Bryan “Breaking Bad” Cranston. En su etapa post-antihéroe de televisión, Cranston fue nominado al Oscar por mejor actor en su interpretación de Dalton Trumbo (y por si alguien vive en un tupper, perdió frente a Leo DiCaprio). El actor se luce y muestra las distintas facetas de Trumbo, desde la de guionista obsesivo, hasta la de tipo de familia. Está acompañado por las correctas Diane Lane y Helen Mirren.

Por otro lado, los guiños cinematográficos y la estética de la película funcionan perfecto. Los 40’/50’ están retratados muy bien, y se aprecia la aparición de distintas figuras del momento, como Kirk Douglas o John Wayne.