Trueno y la casa mágica

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Animación belga para todas las edades

Un gatito abandonado, una casona enorme llena de trastos, un conejo gruñón y una rata blanca alcahueta del conejo, un montón de juguetes de otros tiempos, un romántico casal de palomas italianas, un mago viejito que vive feliz con todos esos bichos y muñecos, unos chicos internados en un hospital que aman al viejo, un sobrino que de niñito "era tan bueno" pero ahora se ocupa de negocios inmobiliarios.

Tal es el escenario, ésos son los personajes, y es fácil deducir el inminente conflicto. ¿Se saldrá el malvado con la suya? Difícilmente lo logre. El viejito es bueno y confiado, pero los juguetes tienen vida y el gatito es muy inteligente. Lástima que el conejo y la rata le tienen idea. Por ahí van las moralejas, y la diversión, de buen ritmo y adecuado uso del 3D.

Este es un dibujo animado para chicos de cualquier edad, sus padres (por algo hay música ochentosa), y sus abuelos: todos los juguetes son del tiempo de ñaupa, incluyendo un robotito con cabeza de lamparita como el ayudante que tenía Pardal (luego rebautizado Giro Sintornillos). El estilo también es ochentoso, a lo Don Bluth, salvo cuando se erizan los pelos del gato, lo que responde a un programa más moderno.

Quizás algún desatento crea que se trata de un dibujo norteamericano, porque figuran el Boston Hospital, los folletos de un asilo en Rhode Island, una pareja de compradores tipo freakies neoyorquinos, etc. Pero es una producción belga. Los responsables diluyeron sus señas de identidad para colocarla más fácilmente en el mercado mundial, pero es belga. Doblada al castellano, por supuesto.